La Audiencia Provincial de Madrid ha juzgado este viernes al escultor gallego que pintó en octubre de 2018 una paloma en la tumba del dictador Francisco Franco en el Valle de los Caídos, hechos por los que se enfrenta a una petición fiscal de un año de cárcel. El representante del Ministerio Fiscal le imputa un delito contra la libertad de conciencia y reclama que indemnice a Patrimonio Nacional del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial en la cantidad de 833,41 euros "por los daños y perjuicios causados".
El escultor coruñés Enrique Tenreiro realizó la pintada el 31 de octubre de 2018, Además de dibujar una paloma con pintura roja, escribió sobre el féretro la palabra "libertad". Tras ser detenido, declaró ante la Guardia Civil que se trataba de una "performance". En su cuenta de Twitter, el acusado apuntó que su acto respondía a "una acción de protesta".
Dos años después, insiste: esa pintada era necesaria. "Antes de que se lo llevaran yo tenía que hacer una acto de libertad y reconciliación que para mi era totalmente necesario", ha asegurado. A su salida del juicio, ha añadido: "Que haya gente que pueda decir que pintar la libertad o pedir la reconciliación de los españoles es un acto cercano al terrorismo significa que o no ha vivido el terrorismo, que este país ha sufrido mucho, o está totalmente distorsionado por su ideología". Ha aseverado que no perturbó la misa porque acabó "cinco minutos antes" y se ha reafirmado en que no se equivocó en lo que hizo.
Este acto se produjo en medio del debate que se generó en la sociedad ante la exhumación de los restos del dictador, que finalmente fue trasladado en octubre de 2019 al cementerio de Mingorrubio, ubicado en El Pardo. El escrito de acusación relata que el 31 de octubre de 2018 el acusado accedió sobre las 15.00 horas a la Basílica del Valle de los Caídos, "ocultando en su ropa un bote de plástico con pintura de color rojo y un pincel".
Una vez en el interior del templo se dirigió a la parte posterior del Altar Mayor donde se encuentra la tumba de Franco y, "con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes y amparándose en su concepción socio-política de la sociedad", realizó sobre la lápida de la tumba una pintada con el texto "Por la libertada" y "dibujando igualmente una paloma".
El acusado perturbó el normal desarrollo de la ceremonia religiosa puesto que hubo de retrasarse la celebración de la Eucaristía de las 11.00 horas de ese día"
La Fiscalía recuerda que la acción tuvo lugar "mientras los niños de la Escolanía estaban accediendo al Coro y los sacerdotes celebrantes de la Eucaristía se dirigían al Altar Mayor". Y, en su opinión, con esta acción "el acusado perturbó el normal desarrollo de la ceremonia religiosa puesto que hubo de retrasarse la celebración de la Eucaristía de las 11.00 horas de ese día". Igualmente, quedó cerrado el acceso al público "en tanto no se terminó la limpieza de la lápida".
Estos actos fueron grabados por P. P. G. R., quien acompañó al acusado pero desconocía sus intenciones y con posterioridad fueron "ampliamente" difundidos por distintos medios de comunicación social. La Delegación de Patrimonio Nacional del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial ha aportado factura del importe de limpieza que asciende a 323,41 euros, así como acta de arqueo de la taquilla de entrada donde constan las devoluciones que tuvieron que hacerse, lo que asciende a una cantidad de 510 euros.
Tenreiro, trayectoria artística llena de "locuras"
Tenreiro, de 52 años, tiene formación en técnicas de escultura y entre 1999 y 2004 estuvo enrolado en la escuela Pablo Picasso de escultura de A Coruña, aunque la mayoría de material en su página web corresponde a distintas performances que ha venido realizando los últimos años. "Hago locuras, pero eso no quiere decir que este loco. Es por provocar y para homenajear a Duchamp", aseguró Tenreiro en una entrevista en La Voz de Galicia en 2016.
Entonces una de sus acciones para criticar el despilfarro de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela saltó a los medios regionales. Tenreiro paseó por la plaza de María Pita a pecho descubierto y con una gran cruz a sus espaldas, simbolizando el calvario. Con esta acción el creador quiso denunciar "la cruz" que supone la Ciudad de la Cultura "para la cultura en Galicia".
Ese mismo año en otra 'performance' en el centro de Nueva York sacó una toalla y un bañador y se tumbó sobre el asfalto. En varias de sus esculturas y acciones Tenreiro critica el papel de la monarquía, y se refiere a los Borbones como bombones. En su página web se puede visualizar las performances 'Demasiados bombones para este régimen" y 'La Corona de los Bombones por los suelos'. El escultor proviene de una saga de artistas, entre los que destacan Antonio Tenreiro (1923-2006), uno de los grandes artistas contemporáneos gallegos y Jaime Tenreiro (1955-2018), que destacó como artista de vanguardia.