Tan solo un día después de la investidura, la CUP ha mostrado hoy su primera "tarjeta roja" al president electo Quim Torra, al reprocharle que su "principal objetivo" sea el diálogo con el Gobierno del Estado antes que el "derecho de autodeterminación" de Cataluña, lo que es una "renuncia". En rueda de prensa en el Parlament, el diputado de la CUP Vidal Aragonés ha evidenciado ese toque de atención a Torra mostrando precisamente una carpeta roja desde el atril, para evidenciar su postura crítica ante las palabras de Torra y del expresidente catalán Carles Puigdemont minutos antes en Berlín.
Tras reunirse con Puigdemont en la capital alemana y en una comparecencia conjunta de ambos dirigentes, Torra ha anunciado que, una vez haya tomado posesión del cargo, enviará una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para pedirle que "fije día y hora" de una reunión para dialogar "sin condiciones previas". Pero desde la CUP se ha criticado este ofrecimiento: "El primer objetivo, para la CUP, no es el diálogo con el Estado español, sino el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña. Y pensábamos que ese era el principal objetivo de JxCat, de ERC y del próximo Govern. Pero hoy nos ha parecido entender que el derecho de autodeterminación no es el principal objetivo, sino el diálogo con el Estado", ha señalado Aragonés.
Ha dejado claro que la CUP "no niega que se ha de hablar con todo el mundo y que habrá un momento en que se tenga que hablar", pero ha matizado que "es el Estado quien niega la negociación y cualquier expresión del derecho de autodeterminación", por lo que ha tildado de "renuncia" el ofrecimiento de diálogo por parte de Torra. Como también ha criticado el "esfuerzo" de Torra en "justificarse como gran defensor de la UE; ha lamentado que se haya utilizado el término "desescalamiento del conflicto", pues "no se trata de renunciar a lo que significaba el 1-O; y ha censurado que en "los nombres de las quinielas" del nuevo ejecutivo catalán se vea "poca presencia de mujeres", lo que augura "un gobierno autonómico y patriarcal, nada que ver con lo que se nos decía ayer".
Por todo ello, Aragonés ha mostrado su primera "tarjeta roja" al presidente electo. "Tras su primera rueda de prensa venimos a enseñar la tarjeta roja. No se trata sólo de una tarjeta, sino de una bandera de compromiso en construir una república para las clases populares y trabajadoras", ha dicho, alzando una carpeta roja. Preguntado por otro lado acerca de la posibilidad de que se intente nombrar como consellers del nuevo Govern a dirigentes en prisión preventiva, Aragonés ha considerado que, si se pretende formar un gobierno "en clave restitutiva", sería "una renuncia más que no se hiciera efectivos esos nombramientos" finalmente.
Aún así, ha dejado claro que a la CUP "no le preocupa tanto el nombre como el qué" se haga, por lo que vigilará que el nuevo Govern haga "políticas progresistas y en favor de las clases populares". Del mismo modo, ha admitido que, si esta legislatura sirve para "avanzar nacional y socialmente", la CUP no se opondrá a que dure "años"; pero si "se viene a hacer autonomismo y consolidar un modelo neoliberal, no nos preocupará que sea una legislatura de meses". Por último, preguntado sobre los polémicos tuits y artículos de Torra en el pasado, Aragonés ha recordado que la CUP "no es nacionalista, sino independentista y socialista", por lo que nunca dará "un trato diferenciado a quien viva en Cataluña".