El interrogatorio del secretario de Vox fue desastroso. Dejó la pregunta clave sin hacer y como fue él quien propuso al testigo, impidió a la Fiscalía preguntar por temas importantes.
Tuvo que ser Marchena quien le enmendase la plana a Ortega Smith. El presidente del Tribunal, con una sola pregunta, extrajo lo más relevante de la declaración. "¿Qué mensaje quiere usted trasmitir a esos responsables políticos?".
Que los mossos avisaron a los políticos de la posibilidad de que hubiese violencia: "Iba a provocar necesariamente problemas de orden público y de seguridad ciudadana", dijo Trapero. Que también aseguró que el cuerpo no iba a desobedecer las órdenes judiciales.
Además, el exmajor de los mossos defendió que, de hecho, tenían un plan diseñado para detener al Govern que no ejecutó porque nadie lo pidió: "La detención del president y de los consellers si se nos ordenaba".
Una declaración que cayó como una bomba entre el independentismo. Hablan de héroe caído. Un mito que empezaba a construirse tras los atentados de Barcelona y que le puso en el centro mediatico por frases como "bueno, pues molt be, pues adiós".
Esa frase se convirtió en todo un lema independentista, ya que Trapero la usó cuando un periodista le pidió que hablara en castellano.
Tambiñen entró en el cuerpo a cuerpo político cuando se cuestionaba el papel de los mossos en la prevención de esos ataques. Una figura que creció durante los días previos al 1-O cuando recomentaba a los mossos no usar la violencia y culminaba con su imputación.
Trapero reconoce que tenían un plan para detener a Puigdemont y el Govern tras el 27-O