Los descendientes de Franco quieren vender un edifico en Madrid que fue regalado a la familia. "Un regalo entre comillas a cambio de no se sabe qué. Estamos hablando de tráfico de influencias a lo bestia", apunta Mariano Sánchez, periodista e historiador.
Se trata de un lujoso inmueble de más de 4.800 metros cuadrados, construido en los años veinte y de uso residencial valorado en el mercado por más de 10.820.000 euros.
Según Mariano Sánchez, el empresario Enrique Marsans se desprendió del edificio a cambio de 4.500 acciones de una sociedad anónima de la familia Franco que después devolvió.
Sus descendientes también están tratando de deshacerse de la casa de veraneo del dictador, el Pazo de Meirás está de nuevo en venta por ocho millones: a Franco le salió gratis, lo pagaron cientos de gallegos con aportaciones aparentemente voluntarias.
La venta del pazo se produce tres semanas después de que la cámara gallega pidiera recuperar la titularidad pública de este bien de interés cultural.