La movilidad en Íscar y Pedrajas de San Esteban queda restringida a partir de este domingo por orden judicial. Según la delegación territorial, son 42 vecinos los que han dado positivo. Las medidas afectarán a unas 10.000 personas en total, que las cumplen con resignación. "Por el importante brote que ha surgido, es una medida primordial para poder acabar con este virus", ha señalado Luis Martín García, alcalde de Íscar.
De esta forma, no se podrá entrar o salir de los municipios salvo por motivos justificados: ir al centro sanitario, obligaciones laborales o para volver al lugar de residencia. El brote podría haberse originado en una comida de los trabajadores de la fábrica Avícola de Iscar y haberse descontrolado pocos días después.
"Me fastidia mucho decirlo, pero estamos fallando nosotros, en la responsabilidad individual de cada uno. El Ayuntamiento no puede ir detrás de cada vecino para ver si cumple las normas", ha señalado Alfonso Romo, alcalde de Pedrajas de San Esteban. Por eso, se aconseja hacer solo lo imprescindible y sobre todo, dentro de los propios municipios.
Por eso, a los vecinos se les aconseja hacer lo imprescindible y, sobre todo, dentro de los municipios. Porque es una situación que les afecta, y especialmente al sector de la hostelería. Los bares de la zona ya están cerrados, y en los que todavía no lo han hecho habrá que corregir la cartelería para explicar las normas.
El aforo ya no podrá superar las diez personas, tanto en espacios públicos como en los privados. No obstante, algunas cosas de la nueva normalidad permanecen. Por ejemplo, preguntar antes de sentarse, como rezan los carteles en las terrazas de los municipios. Esta medida seguirá presente, al igual que el uso de gel, la mascarilla y la preocupación de los hosteleros de la zona.
"Hay muchos negocios que son familiares. Si en vez de 15 días abarcamos un mes, muchos no vamos a volver a abrir el negocio", ha explicado Jonatan Martín, presidente de la Asociación de Hosteleros de la zona. Las medidas durarán, en principio, 14 días; semanas, por cierto, que coinciden con las fiestas patronales de las localidades, ahora suspendidas. Por lo menos, hasta el año que viene.