La Iglesia española propone un esquema de ayudas que esté incluido en el Ingreso Mínimo Vital, una especie de "salario familiar", en el que pide incluir a aquellos migrantes que se encuentren en situación administrativa irregular.
Precisamente, uno de los requisitos que establece el BOE para acceder al Ingreso Mínimo Vital es llevar al menos un año residiendo en España de forma legal, por lo que en principio quedarían excluidas de esta prestación aquellas personas 'sin papeles'.
En este sentido, desde la Conferencia Episcopal advierten de que ninguno de los colectivos más vulnerables se puede quedar atrás en esta crisis, provocada por la pandemia de coronavirus. "Hay grupos sociales que parecen en principio excluidos de la posibilidad de acogerse al Ingreso Mínimo Vital", ha advertido Luis Argüello, portavoz de los obispos.
"Si la intención precisamente de este ingreso es ayudar a los que están en unas situaciones más difíciles, pues evidentemente nosotros pensamos que el poder incluir a aquellos que carecen de lo más necesario para vivir es muy importante", ha apostillado.
"Por la importancia que está teniendo la familia en este momento, en las dificultades de llevar a los chavales a la escuela, en la atención a los mayores, en las dificultades para poder conciliar los trabajos y la vida familiar, la referencia del salario familiar sería interesante poder incorporarla a la perspectiva del ingreso mínimo vital", ha explicado el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Luis Argüello ha explicado que la figura del "salario familiar" fue propuesta por el Papa Juan Pablo II en una encíclica sobre el trabajo, en la que se refiere a la realización por parte de las familias de otro tipo de actividades no remuneradas como el cuidado de los hijos o de las personas mayores.
Estas actividades, según ha precisado el portavoz de los obispos, son "intangibles desde el punto de vista de cuantificación a través de un salario", pero "tienen una importancia muy grande, también económica" y son "valiosas para la vida social".
En concreto, según esta encíclica de Juan Pablo II, titulada 'Laborem Exercens' y publicada en 1981, el 'salario familiar' sería "un salario único dado al cabeza de familia por su trabajo y que sea suficiente para las necesidades de la familia sin necesidad de hacer asumir a la esposa un trabajo retribuido fuera de casa".
Argüello ha puntualizado que "esta búsqueda de transformar el ingreso mínimo vital en una perspectiva del salario familiar, de posibilitar el trabajo y una remuneración justa por él, pudiera colaborar a resolver otro tipo de problemáticas" como, por ejemplo, la "caída de la natalidad".
Por otro lado, los obispos se han mostrado a favor de que los migrantes en situación irregular puedan acceder al ingreso mínimo vital, tal y como han pedido las ONG después de ver que la medida excluye a estas personas.
"Es verdad que hay grupos sociales que parecen en principio excluidos de la posibilidad de acogerse al ingreso mínimo vital, si la intención de este ingreso es ayudar a los que están en una situación más difícil, evidentemente, nosotros pensamos que incluir aquellos que carecen de lo más necesario para vivir es muy importante", ha precisado Argüello.