Cataluña acoge el segundo día de campaña electoral en un contexto marcado por la pandemia de coronavirus que, sin embargo, no ha logrado modificar de forma notable el argumentario de los partidos para obtener el voto. El independentismo sigue siendo clave en los discursos para ganar apoyos por parte de todas las formaciones. Salvador Illa, arropado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y por el recién nombrado ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, ha afeado la gestión del Govern en los últimos años y ha reivindicado la necesidad de "pasar página".
"Tenemos la gran oportunidad de cambiar de rumbo, de recuperar el prestigio perdido", ha apuntado el candidato del PSC, que ha llamado a trabajar "juntos por una agenda realmente metropolitana" que logre fortalecer a la comunidad catalana "como motor del sur de Europa de las transiciones verdes y digitales". Para Illa, el cambio sí "es posible" si hay unión y suma: "No es demasiado temprano para empezar a llenar las urnas de papeletas socialistas desde hoy, con el voto por correo".
En términos similares se ha expresado Ciudadanos en sus actos de campaña. La formación naranja ha apelado al voto en favor del bloque constitucionalista frente a un independentismo "desnortado". No obstante, ha enfatizado la importancia, según ha advertido, de no dar a los socialistas catalanes la opción de "elegir un tripartito". Así se ha expresado la presidenta del partido, Inés Arrimadas, en Montjuïc: "No debemos entregar el voto a quienes lo piden en castellano y luego se lo entregan a ERC".
Ciudadanos ha aprovechado este encuentro para comprometerse a una bajada generaliza de impuestos y eliminar el de sucesiones si gana las próximas elecciones. "Cataluña debe dejar de ser un infierno fiscal y volver a ser una tierra que atrae talento y empresas. Tenemos muchos impuestos que asfixian a las pymes y los autónomos", ha destacado Arrimadas, que ha asegurado además que sin ganan las elecciones del 14 de febrero realizarán una "auditoría" del gasto dedicado al procés.
Por una unión, pero no entre partidos constitucionalistas, sino de izquierdas, ha apostado En Comú Podem. Según la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha estado presente de forma telemática en un acto de la candidata del partido a la Generalitat, Jéssica Albiach, los comuns son la única fuerza política que puede resolver "estos vetos cruzados entre ERC y el PSC", como se ha hecho en el Gobierno central: "Tenemos el orgullo de decir que hemos impulsado pactos de izquierdas, y que esos que hoy dicen que se vetan los unos a los otros, como PSC y ERC, han dejado a sus derechas respectivas y han mirado a la izquierda, porque liderábamos la propuesta de políticas concretas".
En contraposición a la llamada a la unión de Cs y PSC, el Partido Popular ha dedicado su cita electoral en Badalona a cargar contra Salvador Illa y el Ejecutivo, del que el candidato de los socialistas ya no forma parte. Pablo Casado, que junto a otros alcaldes ha acompañado a su presidenciable, Javier Fernández, ha asegurado que el exministro de Sanidad y Pedro Sánchez "volverán a pactar con ERC", remarcando que "la noticia sería que no lo hicieran".
En un tono más conciliador, el máximo dirigente del Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha puesto en valor a Fernández como "la esperanza para los desesperanzados, los hartos de la política". Almeida ha apuntado que el candidato popular al Govern de la Generalitat y su equipo son los que verdaderamente se ocupan de "los problemas del día a día de la gente" y, por tanto, es la opción para restaurar la convivencia en el territorio catalán.
Salvémonos de este Salvador, porque no nos salvará de nada"
Pero si desde el bloque constitucionalista apelan, en mayor o menor medida, a la unidad entre formaciones para derrotar a los independentistas, estos miden sus palabras de cara a la posibilidad de formar una nueva coalición de gobierno con carácter secesionista si alcanzan los votos necesarios. Desde Junts per Catalunya han lanzado duras críticas a Illa por su "incompetencia" en la gestión de la pandemia.
Así lo ha manifestado Laura Borràs, candidata de la formación catalana que ha denunciado que el Gobierno de España no ha dado ayudas a los afectados por la pandemia; una respuesta que, según ha asegurado, Illa podría replicar en Cataluña. En un mitin presencial y telemático en La Seu d'Urgell (Lleida), ha cuestionado que Illa sea una solución para Cataluña: "Es la devolución de un producto defectuoso. Seguramente se lo quitan de encima por incompetente. Salvémonos de este Salvador, porque no nos salvará de nada".
Borràs ha presidido así un acto en el que los ojos se desviaban hacia Carles Puigdemont, que ha acompañado a la candidata por vía telemática, y Jordi Turull, preso del 'procés' en situación de tercer grado que ha defendido que el suyo es el único partido que "habla de objetivos y medios" para lograr la independencia, mientras que otros solo ponen "excusas". De esta manera se ha expresado después de advertir, horas antes, de que activarían nuevamente la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) si el independentismo superase el 50% de los votos: "Lo hicimos una vez, lo tenemos que volver a hacer".
Semejantes críticas a las expresadas por Junts se han pronunciado desde Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Su candidato, actual president en funciones del Govern, ha acusado al PSC de querer volver "a la Cataluña en blanco y negro", y cree que de cara al 14F "sólo hay dos" opciones: "La de ERC, que defiende la autodeterminación y la amnistía, así como reconstruir Cataluña por la crisis de la covid en clave progresista y de izquierdas"; la otra opción, la de los partidos del 155, que tienen a un candidato que los aúna a todos, y también al Ibex y a los jueces y fiscales, que es Salvador Illa".
El objetivo de ERC: poner de acuerdo "a todos los que defienden la amnistía y la autodeterminación"
En un claro guiño a otras formaciones independentistas, Aragonès ha aseverado durante el acto de campaña en Lloret de Mar (Girona) que sólo su partido tiene actualmente la capacidad de poner de acuerdo "a todos los que defienden la amnistía y la autodeterminación". "Esto no sólo lo decimos en campaña electoral, sino que ya lo hacemos en ciudades como Lleida o Tarragona, y ya lo hicimos en el Parlament", ha añadido el candidato de ERC. Pero no todas las formaciones nacionalistas están recogiendo este testigo.
PDeCAT ha mostrado su intención de desmarcarse por el momento de esa estrategia electoral, alegando que ahora la prioridad pasa por dar respuestas a la ciudadanía ante la crisis sanitaria derivada de la COVID-19. Frente a este objetivo, la número dos por Barcelona, Joana Ortega, ha criticado en Manresa la gestión económica del Govern durante la pandemia: "Hemos tenido una pandemia liderada por la política del reproche y la gestión de la improvisación. O la gincana de ayudas a los autónomos y pymes. Esto no es gobernar; además, han perdido la interlocución con el Govern desde que cesaron a Chacón", ha proseguido Ortega durante su intervención en el mitin celebrado en Manresa, en referencia a la candidata de la formación catalana, Àngels Chacón.
Por un planteamiento electoral opuesto a la de los anteriores candidatos han optado en la CUP en este segundo día de campaña. El candidato de la formación de izquierda por Lleida, Pau Juvillà, se ha desplazado hasta Artesa de Lleida para defender los intereses de los agricultores, argumentando que se ven "contra las cuerdas" por la presión de las grandes empresas y los fondos de inversión. Considera Juvillà que deben fijarse precios justos para los productos de los agricultores "que detengan la especulación de los intermediarios" y garantizar "de manera urgente y sin excusas unas condiciones de vida y trabajo dignas para todos". Horas antes, la formación avisaba de que no entrará en un Govern "que venga a gestionar miseria".
También en Lleida ha celebrado su mitin Vox. Allí ha acompañado el presidente de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, a su candidato a la Generalitat, Ignacio Arsuaga. Mitin que ha aprovechado el líder del partido para culpar al PSOE y al PP de "la impunidad" con la que se ha movido en los últimos años el independentismo: "El golpe blando se inició con Jordi Pujol, al que se le toleró todo, una detrás de otra. El PP y el PSOE fueron cediendo, paso a paso, paulatinamente, ante el separatismo, que se dio cuenta que no tenía nada enfrente". Y ha hablado directamente sobre la situación de los presos del 'procés': "Si Vox llega al poder estarán en prisión durante mucho tiempo para pagar por la gigantesca corrupción que han protagonizado".