La advertencia era muy clara: sin mayoría en votos, el independentismo se quedaba sin 'procés'. Este escenario lo anticipaba uno de los ideólogos del independentismo, Carles Viver, a Josep María Jové, quien dejó constancia de ello en su agenda incautada por la Guardia Civil.
"El hecho de no haber alcanzado el 50% de los votos parece impedir que se culmine el proceso de construcción de la república catalana", afirma.
El problema no sólo eran los votos. Fracturar Junts pel Sí le pasaría factura al independentismo y el propio Viver se lo advirtió a Puigdemont y a Junqueras: "Concurrir a nuevas elecciones ERC y CDC por separado, con mayoría absoluta provocaría crisis política entre independentistas y anticiparía fin del proceso".
La mayoría absoluta en escaños del bloque soberanista en las elecciones de diciembre seguía siendo insuficiente para culminar su hoja de ruta: "Si bien el mandato democrático permitía desplegar estructuras de estado [...] en ningún caso, permitía finalizar el proceso con la proclamación de independencia".
Incluso tenían previsto el escenario político actual, pero van más allá: "Un sector, en relación a CDC, que busque dilatar los plazos con la esperanza de reconfigurar el espacio político electoral diluyendo el soberanismo republicano". Además, no descartaban continuar adelante sin ERC.