Las funerarias de la Comunidad Valenciana están al borde del colapso. Fernando Alcón, de la Asociación Española de Profesionales Funerarios, avanza que si la situación avanza como hasta ahora, acabarán "colapsando".
Pero lo cierto es que la situación no mejora. Han tenido que doblar turnos y reforzar plantillas. Hay días en los que el cementerio ni siquiera tiene horas disponibles, como aseguraba Cayetana Fermín, de la Funeraria La Esperanza, en Al Rojo Vivo este viernes.
"Hemos tenido que esperar dos o tres días para poder incinerar los cuerpos de los fallecidos. En el pico más alto llegamos a tener 24 servicios en un solo día; es lo que haríamos en 15 días", relataba.
Incluso hay proveedores de ataúdes que avisan: se están quedando sin reservas. Si el mes de enero fue el más letal con casi 2.000 fallecidos por COVID-19, el comienzo de febrero esta semana ha sido aún más terrible, con varios días consecutivos superando el centenar de muertos.
Por eso piden ser un sector prioritario en el plan de vacunación. "No estamos en primera línea, estamos dentro de la pandemia, solo pedimos que nos metan en el segundo grupo de vacunación como grupo sociosanitario", pide Alcón. Un trabajo de riesgo que convive con la muerte y con un virus que en la Comunidad Valenciana se ha llevado ya la vida de 5.000 personas.