En Barcelona se han vivido las manifestaciones más masivas en la segunda jornada de protestas contra la sentencia condenatoriadel juicio del procés. Allí, 400.000 personas, según cifra la Guardia Urbana, se han movilizado para protestar en las inmediaciones de la Delegación del Gobierno.
La concentración ha finalizado con cargas policiales cuando algunos de los manifestantes han tratado de saltarse el cordón policial y han roto las vallas que les separaban de los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional. Después, han prendido fuego a contenedores y motos generando una tensa situación que ha provocado que se intensificasen las cargas de los agentes.
Pero además de Barcelona, ha habido otros puntos calientes en Cataluña: las capitales de provincias catalanas han acogido también sendas protestas. Según datos de los Mossos d'Esquadra al menos ha habido 25 detenidos en toda la comunidad.
En Girona comenzaban por la mañana, cuando varios centenares de personas trataban sin éxito bloquear la AP-7. Por la tarde, un grupo de manifestantes sí lograba cortar la carretera dejando una de las principales arterias de tráfico de la comunidad intransitable.
Por la noche, la tensión ha crecido en Girona frente a la Subdelegación del Gobierno, donde cerca de 9.000 personas participaban en una protesta en la que se han leído cartas de los presos independentistas. La movilización transcurría con normalidad hasta que algunos de los manifestantes han lanzado objetos contundentes contra los policías que custodiaban el edificio. Además, han tratado de arrancar las vallas y han roto la luna de uno de los furgones policiales
En Tarragona, también frente a la Subdelegación del Gobierno, la Policía ha cargado y ha disparado proyectiles foam contra un grupo de protestantes encapuchados que han lanzado pintura y objetos contra el edificio. En la ciudad se han manifestado unas 500 personas.
Los manifestantes de Lleida han armado una barricada frente a la Estatua de Indíbil y Mandonio y han logrado romper el cordón policial. Allí han participado unas 6.000 personas que iniciaban un acto pacífico, con una sentada en la que ha ido incrementando la tensión cuando los manifestantes se han puesto en pie y han quemado una bandera española. Los Mossos han cargado contra ellos con porras y las furgonetas han circulado a gran velocidad.