El juez de la Audiencia Nacional ha descartado aplicar medidas cautelares contra Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, incluida la prisión provisional. Santiago Pedraz afirma que en este caso "no puede apreciarse riesgo de fuga alguno" y tampoco aprecia indicios de delito.
En concreto, en su escrito se refiere a la acusación así. "El informe de la acusación no ha suministrado elementos siquiera indiciarios, que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno", explica.
En su declaración esta misma mañana ante el juez, Ghali había negado los hechos que le atribuían. Esto es genocidio, torturas, secuestros, asesinatos y violaciones, entro otros. Tras lo que la Fiscalía no había solicitado tampoco medidas cautelares, mientras que las acusaciones pedían su ingreso en prisión.
Su abogado, Manuel Ollé, apuntaba que "han hecho hincapié en el esfuerzo" del líder al comparecer a pesar de su estado de salud -de hecho, su declaración ha sido telemática, desde un hospital de Logroño, donde está ingresado desde el pasado 18 de abril por coronavirus- y denunciaba la mala fe procesal de las acusaciones porque "no hay ni un indicio que las sustente".
Según fuentes jurídicas a laSexta, Ghali se ha negado a contestar a las acusaciones y solo ha respondido a su abogado y al fiscal. Y para negar todos los delitos de los que ha sido acuasado.
Con esta decisión jucicial, y tan pronto como se recupere, Ghali será libre para decidir si regresa a Argelia, algo sobre lo que, según su abogado, no hay decisión tomada.
Esta es la primera vez que Ghali era juzgado por las causas abiertas contra él por presuntos delitos de genocidio, torturas y lesa humanidad. En concreto, por dos cuestiones: una, la querella interpuesta por el activista saharaui con nacionalidad española Fadel Breika, que le acusa de detención ilegal, torturas y lesa humanidad en los campamentos de Tindouf (Argelia).
La otra, impulsada en 2008 por la Asociación Saharaui para la defensa de los Derechos Humanos (ASAEHD). Esta organización acusa a Ghali de genocidio "en concurso con delitos de asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones" junto con otros 24 miembros del Frente Polisario y tres oficiales del ejército argelino.
Ya en 2016 y 2019 la Justicia española intentó interrogar a Brahim Ghali por algunos de los delitos mencionados al conocer la intención del líder del Frente Polisario de viajar a España. Sin embargo, nunca se llegó a sentar a Ghali en el banquillo de los acusados puesto que en ambas ocasiones no se pudo localizar. La llegada del autoproclamado líder de los saharauis a España y su traslado a un hospital de la capital riojana generó un auténtico marco de tensión con Marruecos que aún no se ha resuelto.
Una crisis sin precedentes
La entrada de miles de migrantes en Ceuta después de que Marruecos abriera las fronteras provocó un grave conflicto. Aunque en primera instancia no se expresaban de forma explícita los motivos detrás de esa crisis, fue la embajadora de Marruecos en Madrid una de las primeras personalidades en expresar que "en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias" y se "tienen que asumir", en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica a Ghali.
Pero este lunes, un comunicado del Ministerio de Exteriores del país vecino apuntaba que la razón de la "grave crisis" diplomática va más allá, apuntando a las "segundas intenciones hostiles de España con respecto al Sáhara marroquí". Compara esta consideración con el 'procés' catalán: "¿Cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí?".
El respeto y la confianza no se construyen si no se respetan las fronteras y se permite la entrada de inmigrantes en España. Es inaceptable"
Asimismo, Marruecos advertía de que la crisis diplomática no comienza con la llegada del líder del Frente Polisario ni terminará con su partida. Unas declaraciones que no han aceptado desde el Gobierno de España, tal y como no hicieron con las anteriores advertencias de Rabat. Precisamente, poco después de darse a conocer este comunicado, Pedro Sánchez hacía acto de presencia para responder de forma rotunda y tajante.
"El respeto y la confianza no se construyen si, por una desavenencia en política exterior, no se respetan las fronteras y se permite la entrada de inmigrantes en España. Es inaceptable y lo rechazo", ha remarcado el líder del Ejecutivo, al tiempo que afirmaba que dentro de la Unión Europea es España quien pelea por sus reivindicaciones. Una UE que se solidarizó y apoyó a España desde el primer momento en que comenzó la entrada masiva de migrantes en Ceuta.