Por mucha lluvia que haya caído estos días, los niveles de los embalses apenas se han movido de sitio. Es el caso por ejemplo del de Gabriel y Galán, en Extremadura. Se encuentra mucho mejor que el año pasado. Pero aun así, sin lluvia suficiente y con temperaturas elevadas, Irene Melón, jefa de explotación de la Confederación Hidrográfica del Tajo, reconoce que "han tenido que adelantar el uso del agua para no echar a perder la siembra de los cultivos".
Sin embargo, la concesión para el riego es solo uno de los usos que tiene sus aguas. La ley de Aguas define otros usos como el caudal ecológico, el abastecimiento, uso agrario, producción energética, uso industrial y uso recreativo.
Y eso que no todos los embalses cumplen con todos ellos. Juegan, además, con unos márgenes máximos y mínimos según su prioridad. Uno de los últimos cambios, por ejemplo, ha sido el establecimiento de un caudal máximo mensual que pueden desembalsar las hidroeléctricas para la generación de electricidad. Evitando imágenes como las que vimos en algunos embalses en verano de 2021. Y a pesar de que concretamente en este embalse, el agua desembalsada para energía no se pierde. "Es un sistema encadenado con dos embalses aguas abajo, uno de ellos con bombeo. Con lo cual, el agua que sale del sistema vuelve otra vez a Gabriel y Galán", explica Melón.
Cada presa cuenta con su propio plan de actuación. Que depende en gran medida del año hidrológico y de la cuenca a la que pertenezca. En España, la situación es muy desigual. Apenas unos kilómetros al sur se encuentra el embalse de Alange. Perteneciente a la cuenca del Guadiana. Está al 13%. La diferencia entre ambos es abismal. Y entre las cuencas, de casi el doble.
Meritxell Hernández, fundadora de Roll'eat, señala que "el consumo de agua en España es de unos 132 litros por habitante y día". De ahí la necesidad de insistir en la concienciación. Y en gestos como el que ha conseguido Meritxell con su reductor volumétrico. "Ocupa un litro y medio aproximadamente, lo introduces dentro de la cisterna, (...) cada vez que tiras de la cisterna, ahorras un litro y medio".
En un año, un núcleo urbano de 400 personas podría llegar a ahorrar el volumen de una piscina olímpica.