Pese a quedarse solo
Lobato se resiste a dimitir, planta cara a Ferraz y denuncia un "linchamiento" interno
El contexto El dirigente socialista ha enfadado mucho a su partido tras conocerse que llevó ante notario los mensajes en los que le hicieron llegar desde Moncloa la confesión del novio de Ayuso.
Juan Lobato defiende su decisión de llevar ante notario los mensajes en los que Moncloa le trasladó la confesión del novio de Isabel Díaz Ayuso y denuncia un "linchamiento" por parte de "algunos dirigentes" de su partido. El líder del PSOE madrileño, que no ha hablado de dimitir, sostiene que no ve "cuál es el problema en acreditar el origen lícito de esa documentación" y ha deslizado que "sería bastante grave" que este no fuera el que se le trasladó desde Moncloa.
Así se ha expresado en una breve declaración ante la prensa este martes, después de que 'ABC' publicara la víspera que la filtración sobre la investigación por fraude fiscal contra Alberto González Amador vino directamente de Presidencia y que Moncloa habría intentado implicar a Lobato. Este depositó en una notaría los mensajes que intercambió con Pilar Sánchez Acera, entonces jefa de gabinete de Óscar López, en los que ella le hizo llegar el correo en el que la pareja de Ayuso reconocía los delitos fiscales.
El dirigente autonómico sostiene que se le trasladó que esa información les había llegado a través de los medios de comunicación, y que su intención al acudir a una notaría era precisamente dejar constancia de que no hubo filtración desde la Fiscalía. Su decisión, sin embargo, ha generado un enorme enfado en el PSOE, hasta el punto de que se ha quedado sin apoyos y de que sus propios compañeros piden su salida.
Tras convocar a los medios en la mañana de este martes, Lobato ha dicho estar "preocupado con la reacción" de "algunos dirigentes" de su partido. "Sinceramente no la entiendo", ha aseverado. "Si lo que se me dijo esa mañana, cuando se me mandó la documentación era verdad, yo no veo cuál es el problema en acreditar el origen lícito de esa documentación, que eran los medios de comunicación, según se me dijo. ¿Qué problema hay? Yo no veo ningún problema. Al revés", ha defendido.
Acto seguido, sin embargo, ha abierto la puerta a la posibilidad de que el origen del correo no fuera la prensa. "Vista la reacción de algunos dirigentes de mi partido parece como si de alguna manera se dudara sobre la veracidad de lo que ahí se me dijo", ha indicado. "No contemplo que fuera falso lo que se me dijo, que fuera falso que el origen de esa documentación fueran los medios de comunicación, eso sería bastante grave", ha advertido.
"Tengo bien claro que la democracia y la ley están siempre por encima de los partidos político y de los dirigentes del PSOE, como exigimos a otros partidos", ha continuado. "Si el origen del documento hubiera sido distinto al que se me dijo, esto hubiera supuesto, además de que se me mintió, que es lo de menos, un intento de que fuera yo quien hiciera público ese documento con origen posiblemente irregular y con las consecuencias legales que eso hubiera tenido para mí y también para el PSOE de Madrid", ha insistido.
"Al final es siempre la misma historia. Se intenta por parte de unos pocos que parezca que el malo es precisamente quien decide no hacer las cosas mal", ha remachado el dirigente socialista, que también se ha dirigido al PP y a la propia Ayuso: "El PSOE no es una secta ni es una agencia de colocación de amigos a los que proteger como nos dicen desde la derecha, para nada. El PSOE es un partido democrático", ha sentenciado.
Mayúsculo enfado en el PSOE
Pese a que Lobato se resiste a dimitir, lo cierto es que se ha quedado solo, al punto de que el lunes por la noche no tenía ya un núcleo duro dentro del PSOE madrileño y el consenso entre los socialistas era que debía irse. En esta tesitura, a primera hora de este martes convocaba a los medios de comunicación a una declaración en la Asamblea de Madrid en la que ha optado por no dimitir y defenderse.
Ya el lunes el enfado era enorme. Fuentes socialistas incidían en que no informó a Ferraz de su decisión de dejar constancia ante notario de la conversación con su compañera, algo que consideran inaceptable y una quiebra de la confianza del partido. Sostenían además que Lobato no podía encabezar la delegación socialista en el próximo Congreso Federal, que se celebra este mismo fin de semana.
Más allá de su propio futuro político, el recorrido de la decisión de Lobato no acaba aquí: el juez que investiga al fiscal general por la filtración le ha citado para que declare el viernes como testigo en la causa. Además, tendrá que aportar el acta notarial.