Los madrileños llevan gastados 3,3 millones desde 2007 en sistemas de semáforos y de control de tráfico que o no están instalados o son automáticos y apenas requieren mano de obra.
Más de 100.000 euros se van cada año en reguladores de semáforos de los que no hay constancia, en un sistema para verificar las comunicaciones que es automático y en comprobar que los paneles de mensajes funcionan.
Además, durante casi 10 años se han pagado más de 170.000 euros anuales en 74 sistemas automáticos de medición de tráfico, la realidad es que son sólo siete los que hay instalados.
Un sobrecoste de 280.000 euros anuales. A eso se le aplica un 19% de beneficio industrial, en total, se han pagado ya 3,3 millones. Si se sigue pagando hasta 2040 como estipula el contrato, serán casi 14 millones de euros públicos.
Son sobrecostes que se suman, entre otros, al millón y medio de mantenimiento una estación meteorológica que sólo cuesta 600 euros nueva, los casi tres en limpieza o los cerca de 50 millones en electricidad.