Los supermercados han disparado sus ventas desde que comenzó la crisis del coronavirus. "Los españoles estamos llenando como nunca nuestra cesta de la compra", Indica Ignacio Biedma, experto en distribución de Nielsen, que cita "crecimientos a doble dígito en el mercado de gran consumo".
Este mes de marzo, los supermercados vendieron 1.100 millones de euros más que en el mismo mes del año pasado, de acuerdo con Nielsen.
Compramos más cantidad y muy rápido, sin fijarnos en el precio, y hay productos frescos que se están vendiendo mucho más caros por el aumento de la demanda, mientras el agricultor pierde dinero.
"Estamos viendo en estos días de crisis sanitaria cómo se les están encareciendo los productos alimentarios a los consumidores, mientras que a los agricultores y ganaderos en muchos casos no solo no se les mantienen los precios sino que se están bajando", denuncia Lorenzo Ramos, secretario general del sindicato UPA.
Por ejemplo, las mandarinas se venden un 45% más caras en las tiendas, un aumento que no se traduce proporcionalmente en los beneficios del primer eslabón de la cadena. Algo que está ocurriendo también con otros alimentos frescos: las naranjas se están vendiendo en los supermercados un 17% más caras, pero este aumento no se está trasladando a los beneficios para el agricultor: están recibiendo solo un 8%.
En el caso de las berenjenas, las tiendas las están vendiendo un 19% más caras, pero el agricultor recibe solo un 7% más de beneficio. Las zanahorias, por su parte, están un 21% más caras en los supermercados, pero el productor solo aumenta su beneficio en un 3%.
Está pasando también con las sandías: el precio final se dispara. "Estamos hartos de que a los agricultores nos paguen las sandías que no llegan a 50 céntimos, muy por debajo del coste de producción, mientras que el consumidor lo está pagando a cinco veces más", reprocha José Antonio Moreno, agricultor.
Las organizaciones agrarias acusan a los intermediarios de coaccionar a los agricultores para imponer sus precios. "El desequilibrio entre compradores y vendedores es muy importante, hasta tal punto de que pueden llegar a imponer sus condiciones de compra", indica Álvaro Areta, técnico de cadena alimentaria de COAG, que apunta que se llega a pagar "por debajo de los costes de producción del agricultor, aunque no se den condiciones entre oferta y demanda que justifiquen esta situación". La ley, dicen, no se está cumpliendo.