Almudena, cardióloga de La Paz, visita a sus pacientes aislados con coronavirus con toda la indumentaria de protección tan necesaria estos días: la bata, el gorro, las gafas, la mascarilla... Pero también se cuelga una foto suya en el pecho, para que los pacientes puedan ver su cara.
"¿Cómo puedes interactuar con un ser humano si no le ves la cara?", se pregunta la sanitaria, que ha optado por llevar su foto para aportar su granito de arena a aquellos pacientes aislados que, además del coronavirus, estos días combaten a la soledad.
Rocío, del servicio de geriatría del mismo hosputal, pone en contacto a los pacientes más incomunicados con sus familiares en llamadas llenas de emoción. "Los mayores llevan horas sin hablar con ellos, y simplemente el hecho de oír su voz les sirve para orientarse".
Precisamente, 'Acortando la distancia' es una iniciativa para poner a disposición de los sanitarios las herramientas necesarias para conseguirlo. Se trata de una red en la que el personal que trabaja en hospitales puede solicitar una tablet con conexión a internet para que los pacientes que se encuentran aislados puedan hacer videollamadas con sus seres queridos.
En redes sociales también estamos viendo ofrecimientos tan altruistas como el de Noelia, enfermera del Clínico de Valladolid, que se ofrece de enlace a familiares y amigos con sus pacientes aislados. La misma oferta hace Silvia en el Hospital Marqués de Valdecilla.
Y también, lleno de humanidad, el empujón que lleva a médicos jubilados, como Manuel Pineda, a cambiar el hogar por el campo de batalla. "Es aquí donde yo puedo ayudar", asegura Pineda.
Ante estas muestras de cariño, la sociedad quiere devolver también gestos positivos a los que estos días nos cuidan más aún. Gonzalo, enfermero del Gregorio Marañón, se ha encontrado con un bonito mensaje de ánimo a su llegada al hotel que la Comunidad de Madrid pone a su disposición para no poner en riesgo a su familia. Todo se queda corto para reconocerles su labor.