El PP abrió las puertas ayer, a raíz de conocerse la maternidad por vientre de alquiler de Ana Obregón, a regular la maternidad subrogada en el caso de que hubiera altruismo y no dinero de por medio. Ni 24 horas ha tardado el propio partido en enmendar su postura.
Ha sido su presidente, Alberto Núñez Feijóo, quien ha cerrado el debate abierto en falso en su partido. "Es evidente que el principal problema que tenemos en España en este momento no es cerrar este asunto. El principal problema que tenemos es parar la sangría de excarcelaciones y la sangría de rebaja de penas de los violadores y de los abusadores sexuales en España. Esto es lo urgente, esto es lo prioritario", ha dicho.
Un vaivén que se critica del Gobierno, de quien dicen que "no sabe ni dónde se sitúa". La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha "lamentado" que el PP se haya abierto a regular esta práctica, y cree que en esta la etapa de liderazgo de Feijóo, el partido, "lejos de acercarse a políticas moderadas" está "radicalizando sus posiciones políticas".
"Las ha radicalizado con motivo de la abstención que experimentó en la moción de censura y por tanto sigue dándole alas a la ultraderecha de este país en la conformación de gobierno y con una abstención que no se explica frente al voto contrario que se experimentó en la anterior moción de censura", ha insistido.
Pero no solo la izquierda se ha alejado del PP en este asunto. El secretario general de la Conferencia Episcopal (CEE), César García Magán, ha advertido este jueves de que ser madre "no es un derecho, sino un regalo" y ha censurado que se trate a las gestantes "como si fueran una incubadora".
Preguntado por la posición de la Iglesia al respecto, García Magán ha subrayado que "ser madre no es un derecho, sino un regalo" y ha puesto el foco en la madre gestante a la que "no se le puede considerar como si fuera solo una incubadora". "Es una persona, con todo lo que significa la relación íntima, única y singular, que no es solo química, que va a establecer con ese hijo".