El primer alumbrado navideño de José Luis Martínez-Almeida como alcalde ha empezado con una cuenta atrás para iluminar la ciudad de Madrid a lo grande, con diez millones de bombillas LED y un 27% más de gasto, una inversión que ha recibido críticas por parte de la oposición municipal.
El regidor madrileño ha saludado a los vecinos desde el Naviluz, que ha privatizado, y antes de pulsar el botón de la cuenta atrás ha animado a disfrutar de la alegría navideña y a visitar la ciudad para disfrutar de la "hospitalidad" y de la "ciudadanía más acogedora", la madrileña.
Durante la cuenta atrás, un lapsus ha hecho que Martínez-Almeida haya protagonizado un anecdótico momento al confundirse al contar. "Diez, nueve, ocho, siete... cuatro, tres, dos, uno", ha dicho el alcalde.
Madrid ha contado este año con 10,2 millones de bombillas LED, un 37% más, 5.000 árboles iluminados con cadenetas, 44 nuevos emplazamientos y sobre todo más belenes: un total de diez luminosos, seis de ellos en los accesos a la Plaza Mayor y uno en la Puerta de Alcalá.
Aunque el nuevo atractivo es una bola gigante en tres dimensiones de 12 metros de diámetro y casi siete toneladas en la que se proyectan letreros e imágenes y que será probablemente el nuevo enclave de los 'selfis' en la capital.
Por el momento, ya ha estrenado esa función la vicealcaldesa Begoña Villacís (Cs), que se ha hecho uno con los periodistas. Todo este despliegue supone una inversión de tres millones de euros, un 27% más que en el último año de Manuela Carmena como alcaldesa.
Con ese argumento, Más Madrid le ha dado plantón a Martínez-Almeida, afeando que este gasto coincide con la situación de familias solicitantes de asilo durmiendo a las puertas del Samur Social ante la falta de plazas.
Ante la crítica, la vicealcaldesa Begoña Villacís les ha recordado que cuando gobernaban la entonces responsable, la concejal Marta Higueras, echaba "balones fuera" y recordaba que la competencia era del Gobierno central.
Al margen de esta polémica, el regidor se ha subido al Naviluz de dos pisos para recorrer las nuevas luces. Sin embargo, el vehículo, limpio, no ha recorrido la icónica Gran Vía, donde una marcha feminista pedía el fin de la violencia machista por el 25N en el primer año desde 2005 en el que el Ayuntamiento de Madrid no tendrá declaración institucional a causa del bloqueo de Vox.
El alcalde madrileño se ha rodeado en el Naviluz de sus ediles de confianza y ha bromeado con los periodistas a bordo sobre cómo Madrid es una ciudad verde, ante las piruetas de las cámaras con las ramas, o con la Diosa Cibeles, iluminada en un blanco que no gusta al rojiblanco Martínez-Almeida. Tras un recorrido acortado de 40 minutos la comitiva navideña ha finalizado en el Palacio de Cibeles, donde un concierto de góspel ha amenizado a los transeúntes.