Casi dos semanas después de la DANA, Carlos Mazón sigue sin asumir sus responsabilidades en la gestión y no dimite tal como le han pedido ya miles de valencianos. El president de la Generalitat Valenciana se agarra a su sillón, mientras que se defiende con un relato falso: asegura que "no le avisaron", pero su Govern sí recibió avisos y tuvo información detallada de la gota fría más destructora del siglo en Valencia, con más de 200 fallecidos.

Este mismo lunes, Mazón ha sido increpado por un grupo de vecinos de Torrent (Valencia) -uno de los municipios gravemente afectados por la DANA- tras su visita. "¡Dimite ya, dimite ya, dimite ya, dimite ya!", le han gritado los vecinos y le han tildado de "asesino" e "incompetente" y le han pedido la dimisión. El president, lejos de reconocer sus graves errores, ha defendido que "vino una cantidad de agua que no les avisaron antes" y que "entiende" su indignación.

La estrategia del 'popular' es atrincherarse porque no se quiere mover del Palau de la Generalitat Valenciana. De hecho, en su posible plan de reestructurar el Govern podría haber ceses de algún conseller o consellera. Algo podría anunciar el próximo jueves cuando comparezca para dar explicaciones sobre su gestión en Las Cortes Valencianas, donde se celebra un pleno por primera vez desde la tragedia.

De momento, Mazón se queda. Lo hace contando un relato falso, asegurando que si no lo hizo mejor, fue "porque no le avisaron". El problema es que no es verdad porque la Generalitat sí recibió avisos, el equipo de Mazón sí recibió información detallada de lo que venía. Los avisos se produjeron desde primera hora de la mañana, concretamente desde las 7.36 horas del martes 29 de octubre, cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya había activado avisos rojos en la provincia de Valencia, que es el máximo nivel.

A pesar de este aviso, Mazón continuó con su agenda durante toda la mañana. Mientras tanto, el 112, dependiente de la Generalitat, lanzaba ese día a las 12.20 horas una alerta hidrológica basada, curiosamente, en datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), un organismo contra el que ha cargado el president en reiteradas ocasiones. "El Centro de Coordinación de Emergencias emite un aviso especial de alerta hidrológica en los municipios de la zona del barranco del Poyo. La tendencia es ascendente y se mantienen las precipitaciones en la cabecera. Es importante que los municipios adopten medidas preventivas para evitar el acceso de las personas a las riberas. En caso de emergencia, es necesario llamar al 112", avisaba en ese tuit.

El martes a las 12.23 horas, tan solo minutos más tarde, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, llamó a la consellera de Justicia e Interior y responsable de Emergencias de la Generalitat, Salomé Pradas, para ofrecerle ayuda. Lo haría hasta en tres ocasiones, sin éxito. Poco después, a las 13.00 horas, el presidente valenciano comparecía y quitaba hierro al asunto, asegurando que, "según las previsiones, el temporal se desvía hacia la serranía de Cuenca, por lo que se espera que a las 18 horas disminuya su intensidad en el resto de toda la Comunitat Valenciana".

Pero a las 14.00 horas, algunos hacían bien su trabajo con la previsión en mano, como el caso de la Diputación de Valencia que ordenó a sus trabajadores irse a casa. La situación ya preocupaba y se notificó el primer desaparecido, por lo que la Generalitat convocó ese comité de emergencias al que Mazón se unía dos horas tarde: pasadas las 19.00 horas y en el que se recibe la llamada clave de la alcaldesa de Paiporta, asegurando que su pueblo se estaba inundado y que podía morir mucha gente. A las 20.11 horas, 13 horas después del aviso de la Aemet y con los datos de la CHJ actualizados durante todo el día, la Generalitat lanzó la alerta móvil a los valencianos. Lo hacía con un sistema de alertas que la propia responsable de emergencias aseguraba días después de desconocer.

Admite "errores" por primera vez

El relato de Mazón tiene lagunas y falsedades, pero también las tiene la única defensa abierta que hizo el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a la gestión presidente autonómico durante la DANA. Feijóo aseguró el 31 de octubre, durante los primeros días de esta crisis, que el president le informó "desde el lunes en tiempo real". Mientras, Mazón dice ahora que el Gobierno central no le informó de nada y alegaba incluso problemas de cobertura durante la reunión del CECOPI (Centro de Coordinación Operativo Integrado).

Ahora el apoyo a Carlos Mazón no está claro y él y su equipo se sienten cada vez más arrinconados. La presión popular, las preguntas de los medios sin respuesta, el inexistente apoyo del PP nacional porque, lo cierto, es que el president valenciano no estuvo cuando tenía que estar y su Gobierno mandó la alarma a los móviles cuando miles de valencianos ya intentaban sobrevivir a las riadas. Su situación es tan crítica que la tarde de este lunes entró a la reunión de la CECOPI por la puerta principal, donde no contestó a las preguntas porque llegaba "tarde", y salió por la puerta de atrás.

Al grito de "ni te ensucias": así fue recibido por la tarde por una vecina que vive al lado del Barranco del Poyo donde estuvo Mazón para visitar las obras de reconstrucción de un puente de la CV-33. Ahí sí ha respondido a algunas preguntas, dejando un mensaje que no habíamos escuchado hasta ahora porque ha reconocido que se pudieron "cometer errores". Un reconocimiento de un error y en público, lo nunca visto en esta crisis del Gobierno de Mazón. "Creo que hay que asumir que se pueden haber cometido errores, sin ninguna duda, hay que hacerlo con toda humildad", ha manifestado.

Y ha detallado que en estos días han repasado lo sucedido el día de la DANA "con todos los avisos que sí que se dieron por parte de la Generalitat Valenciana durante los días anteriores, durante aquel día también, múltiples avisos hasta aquella alerta final, en base a las últimas informaciones que, con respecto a la presa de Forata, trasladaba al Gobierno de España". El president deja entrever que se quiere quedar pero anuncia que soltará lastre y los que están en peligro son sus consellers.

Así que reestructuración sí, pero nada de dimisiones porque el president de la Generalitat se aferra al cargo y serán otros quienes paguen por la mala gestión de la catástrofe. Otra cosa será lo que haga la dirección del PP, que llevan días sin atreverse a darle un respaldo público claro a Carlos Mazón. Los dirigentes 'populares' no quieren cargar contra su gestión pero tampoco apoyarle y que toda esta crisis les acabe salpicando. Mientras él, asegura sentirse apoyado: "Me siento respaldado por supuesto por mi partido".