La Ciudad Autónoma de Melilla ha tachado de "tomadura de pelo" el nuevo anuncio realizado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en el que asegura que las aduanas de Ceuta y Melilla abrirán, pero sin dar fecha, a pesar de haber pasado dos años y medio del acuerdo con Marruecos "tras el histórico giro de Pedro Sánchez en la postura de la soberanía del Sáhara Occidental".
A preguntas de los periodistas, el vicepresidente primero de Melilla, Miguel Marín, ha subrayado que, en el caso melillense, "el bloqueo se remota al 1 de agosto de 2018, cuando el Gobierno marroquí decidió unilateralmente el cierre de la aduana comercial", motivo por el que considera "una burla" la postura del Gobierno de coalición PSOE-Sumar.
Marín ha criticado que el titular de Asuntos Exteriores no haya proporcionado una "fecha concreta", a pesar del tiempo transcurrido de la cumbre hispano-marroquí de abril de 2022 "tras el cambio de postura del Ejecutivo español sobre su antigua colonia saharaui".
El vicepresidente ha expresado su "frustración" y ha afirmado que "después de más de seis años esperando la reapertura de la aduana", las declaraciones del ministro suenan a "auténtica tomadura de pelo". El también consejero de Economía, Comercio, Innovación Tecnológica, Turismo y Fomento ha señalado que es "inadmisible" que se continúe hablando de la apertura de la aduana comercial sin resultados concretos.
Miguel Marín ha insistido en que "si hubiera voluntad política", la aduana comercial "se habría abierto inmediatamente", después de la mencionada decisión de Marruecos en 2018. Asimismo, ha añadido que, si existiera esa voluntad, "se habría permitido la entrada de mercancías a Marruecos desde Melilla bajo el régimen de viajeros, algo que actualmente no se está permitiendo", concretamente desde mayo de 2022, fecha en la que se reabrieron las fronteras tras la crisis del Covid-19.
El vicepresidente ha declarado que "es ilegal" impedir el tránsito de mercancías en el régimen de viajeros entre dos países colindantes. Según ha subrayado, esta situación ha generado un "clima de descontento" entre los melillenses, "quienes se sienten ignorados por las autoridades".