Sus cenizas han sido depositadas en el panteón familiar después de celebrar una ceremonia íntima y privada a la que solo han asistido medio centenar de personas entre familia y amigos.
Blesa fue incinerado ayer en el tanatorio Las Quemadas, en Córdoba. Después cuatro policías nacionales custodiaron sus cenizas hasta su ciudad natal.
A pesar de que la autopsia revela que fue un suicidio, su familia se resiste a creerlo. Aseguran que Blesa se encontraba bien y que incluso tenía esperanzas de que el Tribunal Supremo le diese la razón en el caso de las 'tarjetas black'.
Sin embargo, su cambio repentino de rutina llamó la atención a algunos. Llegó a la finca de madrugada, canceló la visita varias veces y, sobre todo, se llevó su propia arma para cazar.
Según 'La Razón', tendría el cañón más corto de lo habitual. Blesa tampoco dejó ninguna nota de suicido ni en la finca ni en el coche.