Las continuas filtraciones en torno al intento de compra de una parte del BBVA por parte de Sacyr, hicieron a Miguel Sebastián sospechar de que podían estar siendo escuchados.
Así se lo hacía saber a un alto cargo del Santander, al explicarle que habían detectado una señal que no correspondía al servicio oficial. "Estamos hablando por aquí demasiado claro y con la gente del calvo no estoy tranquilo", decía el exministro, ante lo que Ignacio Rupérez le pregunta si piensa que se atreverían a espiarle a él. Y responde: "Lo están haciendo, lo vamos a destruir".
Su interlocutor, incrédulo, le advertía de que también el CNI podría estar vigilando y que duda de que Francisco Gónzalez, presidente de la entidad, pudiera recurrir a ese tipo de acciones: "Pero piensa también en tu partido y en los militantes que lo oyen todo... no me imagino a F. G. jugándose la cárcel como si fuera un tema personal, no lo acabo de ver". Ante ello, el exministro dejaba claro que no se fiaba.
![Fotografía de archivo de la exvicepresidenta del Ejecutivo María Teresa Fernández de la Vega Fotografía de archivo de la exvicepresidenta del Ejecutivo María Teresa Fernández de la Vega](https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages02/2018/06/19/D38BDE8F-E86A-40BC-BF10-CA14743437E6/70.jpg?crop=770,433,x30,y0&width=480&height=270&optimize=high&format=webply)
Estas informaciones han provocado que afectados por este espionaje como exaltos cargos de la administración y empresarios estén preparando una querella colectiva contra el excomisario por los delitos que podría haber cometido, aunque según explica Joaquim Bosch, "estarían prescritos a no ser que se hubieran utilizado en los últimos años".
Ciudadanos ve la huella del bipartidismo en unos hechos que califica de mafiosos pertenecientes a "una etapa negra de la que hay que hacer limpieza". Se trata de un nudo más de la red tejida por Villarejo.