La belleza de la Sagrada Familia no se puede confinar, pero sí podía aislarse el edificio. Al menos, hasta ahora. El monumento reabre sus puertas tras estar tres meses cerrado por la epidemia de coronavirus, y lo hace en forma de homenaje a los sanitarios, diferentes cuerpos de seguridad y al personal de labores sociales y sus familias. Ellos han sido las primeras en reestrenar estas vistas.

"Es un gesto de gratitud con el colectivo sanitario. Hoy han llegado las primeras 750 personas que nos visitan", ha explicado Xavier Martínez, director general de la Sagrada familia. La reapertura seguirá un proceso progresivo: a esta primera fase homenaje le seguirá otra en la que los residentes de la ciudad puedan disfrutar de esta experiencia.

Después, llegarán los turistas, abundantes y necesarios. "La actividad de construcción no la podremos abrir hasta que los turistas vuelvan a Barcelona para visitar a la Sagrada Familia", ha señalado Xavier Martínez. Pero el recorrido no termina aquí: con entradas compradas por anticipado para controlar el aforo ha reabierto también el parque de atracciones del Tibidabo.

Eso sí, con las medidas de seguridad ya habituales: mascarilla, gel y distancia interpersonal, el combo que define nuestra normalidad. O al menos, la nueva. También ha vuelto a abrir sus puertas la Torre de Hércules, pero con varias normas: visitas de 45 minutos como máximo, 15 personas a la vez y por hora dentro de la torre y todos con mascarillas. Para aquellos visitantes que no la lleven, se les dará una con la entrada. Tras tres meses de cierre, cumplir con estas medidas de seguridad es el precio a pagar para disfrutar de estas vistas.