Como si de un truco de magia se tratara, Carles Puigdemont ha reaparecido ante cientos de manifestantes en el Arco de Triunfo de Barcelona, ha arengado al independentismo y ha vuelto a desaparecer. Ni está detenido ni localizado. A quienes sí han detenido, según ha podido confirmar laSexta es a dos Mossos que habrían colaborado en esta nueva fuga. Aunque uno de ellos ya ha sido puesto en libertad condicional.

Los controles se han mantenido en todo momento en los pasos fronterizos para evitar que salga de España. En Cataluña los controles se han llevado a cabo hasta las cinco y media de la tarde, hasta ese momento se habían intensificado los controles en las carreteras AP-7 y Nacional 2.

En concreto, en esta operación se están realizando controles en varias salidas de Barcelona, para tratar de localizar al expresident. No se le ha vuelto a ver tras bajar del escenario en el Arco de Triunfo, perderse entre la multitud y subirse a un Honda de color blanco. Su intención, según ha podido saber laSexta, era la de entrar al Parlament porque ni había pedido el voto delegado ni telemático. Todo apunta a que se mueve en coche. Los Mossos conocen la matrícula, modelo y color del coche en el que habría huido en un primer momento Puigdemont, pero lo cierto es que el expresident podría haber cambiado después de vehículo.

Así, activaron el dispositivo "Gàbia" (jaula), con controles policiales a las salidas de Barcelona, fundamentalmente centrados en los vehículos que abandonan la capital catalana, con el objetivo de localizar al expresidente catalán.

Los Mossos han desplegado un amplio dispositivo para blindar el Parlament con motivo de la sesión de investidura, pendientes del anunciado regreso de Puigdemont, quien tiene vigente una orden de detención por malversación dictada por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que ha descartado amnistiarle.

Pese a la orden de detención vigente, Puigdemont, que ayer anunció en redes sociales que había emprendido su regreso, ha logrado llegar al escenario que Junts había montado en el paseo de Lluís Companys, cerca del Parlament y frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), donde unas 3.500 personas, según la Guardia Urbana, le han aclamado. Puigdemont ha podido llegar al escenario sin que previamente ni los Mossos, que estaban desplegados en la zona, ni las otras fuerzas de seguridad del Estado ejecutaran la orden de detención emitida por Llarena una vez el expresident ha llegado a España.

Como había anunciado, Puigdemont ha llegado puntualmente a las nueve de la mañana al acto de "bienvenida" que ante el Arc de Triomf le habían organizado su partido y las entidades independentistas, a pie desde la calle Trafalgar de Barcelona y acompañado por diputados y cargos electos de Junts, entre ellos el presidente del Parlament Josep Rull, así como por su abogado Gonzalo Boye y dirigentes como Artur Mas.

Tras una intervención de apenas minutos, visiblemente nervioso, el expresidente catalán se ha bajado del escenario y ha empezado a caminar por el paseo Lluís Companys, en dirección al Parlament, rodeado de sus compañeros de partido y de numerosos manifestantes agolpados a la comitiva. Mientras tanto, la organización del acto daba indicaciones por megafonía a los congregados para que siguieran las instrucciones de los voluntarios.

Transcurridos unos instantes, las numerosas cámaras de televisión que intentaban seguir a la comitiva que acompañaba a Puigdemont -varias de ellas con retransmisiones en directo- lo ha perdido de vista, sin que por ahora conste que hayan podido captar el momento en que se escabullía del grupo.

Los diputados de Junts que acompañaban a Puigdemont han pasado los controles policiales a las puertas del parque de la Ciutadella y han accedido al Parlament, igual que sus abogados Gonzalo Boye y Jordi Cabré.