La pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador, habría intentado desgravarse varios gastos de unas vacaciones de 11 días con Isabel Díaz Ayuso. Es lo que revela la documentación tributaria que forma parte del sumario judicial que investiga al novio de la presidenta por dos delitos fiscales y falsedad en documento, y que desvela el periodista Miguel Ángel Campos en la Ser.
En concreto, González Amador habría presentado para su deducción varias facturas del alquiler de dos vehículos en el extranjero pagadas por su empresa, Maxwell Cremona. Un coche en Zagreb entre el 16 y el 22 de agosto de 2021 por un total de 602,50 euros y otro en Creta, del 24 y el 27, por un total de 434,11 euros. Dos vehículos cuya factura sumaría 1.036,61 euros. Un intento, según los expertos de rebajar el beneficio empresarial para poder luego reducir la cuota tributaria.
Además, según el citado medio, la web de transparencia de la Comunidad de Madrid revela que Isabel Díaz Ayuso utilizó la Sala de Autoridades del aeropuerto de Barajas para los vuelos Madrid-Zagreb y Atenas-Madrid los días 16 y 27 de agosto de aquel 2021. Exactamente, los mismos días que su novio Alberto González recogió y finalmente entregó los coches de alquiler. Un gasto al erario público ya que la Comunidad de Madrid habría pagado 290,4 euros por la reserva de esa sala para el viaje privado de Ayuso en esas dos jornadas.
"Hilo dental, un saxofón y un Rólex", los otros intentos de deducción del novio de Ayuso
Estos gastos vacacionales se suman a otros 'costes extra' que González Amador intentó pasar como deducibles ante Hacienda. El periodista Miguel Ángel Campos explicaba este martes en Al Rojo Vivo algunos datos sobre la investigación de Hacienda.
Se trata de las facturas que presenta Hacienda de los ejercicios fiscales bajo sospecha, correspondientes a 2020 y 2021. "Él presenta abonados a nombre de su empresa productos que eran de uso exclusivo y propio como persona", explica el periodista de la Ser, que detalla que se pueden encontrar "hilo dental, pelotas de pádel y pasta de dientes".
"Tenemos también facturas por un saxofón, las toallitas especiales de limpieza para ese saxofón, facturas para la reparación de un Porsche o de la adquisición de un Rólex en Ibiza, valorado en 8.000 euros", explica el periodista. "Hemos hablado con el Sindicato de Técnicos de Hacienda, que dice que es una práctica irregular", explica Campos, que afirma que, según estos expertos, explican que "es intentar camuflar como gastos de empresa asuntos que son de uso privado". "Intentan aminorar de esta forma el beneficio empresarial para poder bajar luego la cuota tributaria", detalla.
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