Franco mandó construir miles de búnkeres con sus barracones en los años 40. Inspirados en la Línea Maginot levantada por Francia tras la Primera Guerra Mundial. Aunque nunca se llegaron a utilizar, son los fortines mejor conservados de la zona, teniendo intactos todos los puestos de los tiradores con vistas al paso fronterizo con Francia. "De momento estamos centrados en Navarra", ha destacado Nicolás Zuazua, arqueólogo e ideólogo de un proyecto que busca rehabilitar estas edificaciones.
"La gente ya conocía estos fortines porque se los encontraba por el monte. Pero fue en 2018 cuando se levantó la ley de secretos para lo que corresponde a la fortificación del Pirineo, y a partir de ahí hubo acceso a mucha más información", ha señalado Zuazua. Junto a él, el grupo de voluntarios quiere darle una 'segunda vida' a los búnkeres con el objetivo de abrirlos al público y darles protección legal como patrimonio.
"Se convertirán en parte de unas rutas-itinerarios de memoria para que toda la ciudadanía, y especialmente las nuevas generaciones, puedan comprender qué pasó y construir una sociedad más justa", ha explicado a laSexta Josemi Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria. Es lo mismo que nos trasladan los jóvenes que participan en las tareas de recuperación de estas edificaciones.
"Aprendes cosas que no te dan en las clases con ejemplos. Para verlos cómo eran por dentro", nos han contado. En los años 80, estos fortines fueron custodiados con el fin de evitar que la banda terrorista ETA los usara como zulos. 40 años después, este mismo otoño su uso violento quedará a un lado para pasar a ocupar un nuevo servicio: el de recibir a sus primeros visitantes.