España vuelve de nuevo a acudir a elecciones generales, pero esta vez será con distintas reglas. Un ejemplo es que, por primera vez, habrá una campaña más corta y austera y en circunstancias inéditas porque es la primera vez que una democracia va por cuarta vez a las urnas en cuatro años.
El 23 de septiembre se disuelven las Cortes y la campaña esta vez durará solo una semana: del 1 de noviembre al 8 de noviembre, antes de que se vote el 10 de noviembre. Y con una campaña más corta, el coste del proceso electoral será también menor, porque se rebajan en un 30% las subvenciones que el Estado destina a los partidos.
Y la protagonista de las próximas elecciones puede ser la abstención porque hay "cerca de 1,5 millones de electores muy repartida entre los partidos políticos está avisando que votó en abril y que ahora no acudirá a las urnas", como explica Narciso Michavila, presidente GAD3.
Si nos fijamos en el único precedente de repetición electoral, observamos que se dibujó un descenso en la participación de más de 3 puntos. Y los expertos vaticinan que puede afectar a la izquierda por la sensación de "hartazgo", como cuenta el politólogo Lluis Orriols.
Además, el bipartidismo podría salir ganando por la fidelidad de sus votantes. Pero los expertos coinciden que el escenario inédito hace difícil la predicción.