El bloque independentista en el Parlament de Catalunya lograba este lunes por sorpresa convertir a Josep Rull en el nuevo presidente de la cámara gracias a ERC y la CUP. Una votación en la que se aceptaron los votos delegados de Carles Puigdemont y Lluís Puig, ambos huidos de la justicia española, desobedeciendo así al Tribunal Constitucional.
A pesar de los apercibimientos del Constitucional y de las protestas de PP y Vox, finalmente la Mesa de Edad de la sesión constitutiva permitió delegar el voto de ambos diputados de Junts, así como el de Ruben Wagensberg, de Esquerra Republicana, que se encuentra en Suiza, pero dispone de una baja médica de larga duración.
La semana pasada, el Constitucional había estimado el recurso interpuesto por PSC-Units contra los acuerdos de la última Mesa del Parlament que permitieron el voto telemático del exconseller Puig, que permanece en el sur de Francia. Sin embargo, la Mesa de Edad acordó aceptar que tanto este como Puigdemont pudieran delegar su voto en el también diputado de Junts Albert Batet.
El acuerdo entre Junts, ERC y la CUP permitió así sumar en total 59 votos que posibilitaron la elección de Rull como presidente del Parlament para esta XV Legislatura en segunda votación, frente a la candidata del PSC, Silvia Paneque, que obtuvo 42 votos.
Protestas y críticas de PP, Vox y el PSC
Desde su escaño, el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, avanzaba ya que su partido presentaría un recurso de amparo ante el Constitucional para denunciar la delegación de voto de los diputados de Junts.
Por su parte, el diputado de Vox Joan Garriga anunció posteriormente que su partido interpondría una querella "por prevaricación y desobediencia" contra dos miembros de la Mesa de Edad, Agustí Colomines, de Junts, que la encabezaba como diputado de más edad de la cámara, y Mar Besses, de ERC, que apoyó su criterio de permitir delegar el voto, frente a la oposición de Júlia Calvet, de Vox.
Por su parte, el candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, ha opinado este martes que "infringir la ley" con los votos telemáticos de los tres diputados en el extranjero de Junts y ERC "nunca es buena receta". Por ello, ha pedido "trabajar sobre los mecanismos y el reglamento" que tiene la cámara catalana.
Sin embargo, el argumento que pueden defender los independentistas es que es que no hubo un voto telemático, que es lo que prohibió expresamente como el Constitucional, sino un voto por delegación en otros diputados que sí estaban en la cámara. Eso tendrá que evaluarlo el Tribunal Constitucional, que podrá decidir en última instancia anular esa resolución.