Operación Balmis, así se llama la operación militar que el Ministerio de Defensa ha desplegado para luchar contra la propagación del coronavirus y que sacará a los militares a las calles de toda España.

El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Angel Villarroya, ha hecho este anuncio después de la reunión del Comité Técnico de Gestión del Coronavirus.

Pero, ¿por qué Operación Balmis? Defensa ha escogido este nombre en homenaje al médico militar español Francisco Javier de Balmis, responsable de la expedición que llevó la vacuna de la viruela a América y Filipinas.

Más de 1.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias están desplegados en un total de 14 ciudades del país e irán extendiendo su actuación a todo el territorio en función de las necesidades. El JEMAD ha explicado que su misión fundamental de momento es la inspección de infraestructuras críticas y desinfección de aquellas zonas donde se puedan producir aglomeraciones, tales como estaciones de tren, autobús o metro.

Margarita Robles habla durante la Pascua Militar.

El general Villarroya ha dejado que el despliegue militar llegará a todas las zonas de España, incluidos País Vasco y Cataluña, en función de las necesidades. "El despligue en esas comunidades será igual que en el resto de España", ha asegurado después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, dejara claro que no tendrían en cuenta las fronteras en la lucha contra el COVID-19

La expedición contra la viruela

Francisco Javier Balmis dirigió la expedición para extender la vacuna contra la viruela, lo que supuso un hito en la medicina española, según cuenta laReal Academia de Historia. Balmis se había destacado previamente por su lucha contra las enfermedades venéreas investigando las propiedades de las raíces de pita y begonia en México a finales del siglo XVIII, con lo que consiguió una gran repercusión tanto en el Nuevo Continente como en Europa.

Cuando se dio a conocer la vacuna antivariólica por parte de su descubridor, Edward Jenner, Balmis se convirtió en uno de sus primeros partidarios. Su proyecto ‘Derrotero que debe seguir para la propagación de la vacuna en los dominios de Su Majestad en América’ fue aprobado en junio de 1803 por la Junta de Cirujanos de Cámara. Ese mismo mes fue nombrado director de la Real Expedición Marítima de la Vacuna, que llevaría entre 1803 y 1806 la inmunización por América y parte de Asia.

Al científico lo acompañaba un equipo de cirujanos y enfermeros, además de 22 niños procedentes de la casa de expósitos de A Coruña y su rectora. Los jóvenes fueron portadores del virus vacunal durante la travesía a América, y fue necesario en el transcurso del viaje encontrar a más infantes hospedadores para mantenerla.

La expedición comenzó el 30 de noviembre de 1803 en la capital coruñesa, desde donde se dirigió a Tenerife y, desde allí, a Puerto Rico. La expedición pasó por Venezuela, donde se dividió en dos subexpediciones: la de América meridional y la de las Antillas.

La Real Academia de Historia observa que en ambos casos los expedicionarios se encontraron con la resistencia de las máximas autoridades, encontrando sin embargo el apoyo de autoridades menores. La subexpedición de Balmis se dirigió a Manila y, posteriormente, a China.

Balmis volvió en 1806 a Madrid, donde fue recibido por Carlos IV y reconocido por su expedición. La instauración de la monarquía de José Bonaparte hizo que Balmis se pusiera a las órdenes de la Junta Central, que lo envió de vuelta a México en 1810 para propagar de nuevo la vacuna. Este sería su último viaje a América. A su vuelta a España desempeñó varios cargos hasta su muerte en 1819.