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Los padres del colegio de La Moraleja relatan los abusos del cura: del "experimento" del termómetro con "gotitas mágicas" a tocamientos a niños

El contexto
En el informe policial ampliatorio de la UFAM de la Policía Nacional al que ha tenido acceso laSexta en exclusiva, un padre declara que su hijo de seis años le habló de un experimento del padre Marcelino con una especie de termómetro del que salían "gotitas mágicas" y que tenía forma fálica.

Cinco niñas de 6 años de un colegio de La Moraleja denuncian a un cura del centro por presuntos tocamientos
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El cura detenido por haber abusado sexualmente de cinco niñas de 6 años en el colegio Higlands El Encinar de La Moraleja, le habría hablado a un alumno de un "experimento del termómetro", que se parece al aparato reproductor masculino, y del que salían "gotitas mágicas".

En el informe policial ampliatorio de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional al que ha tenido acceso laSexta en exclusiva, un padre declara que su hijo de seis años le habló de un experimento del padre Marcelino con una especie de termómetro del que salían "gotitas mágicas".

Cuenta el padre que, al preguntar al niño si podía describir ese experimento, el menor realizó unos dibujos fálicos. Dichos documentos los ha puesto en conocimiento de la Policía por su similitud con el aparato reproductor masculino.

En el informe, de 77 páginas, se detalla las pesquisas policiales que se han ido realizando después de la detención del sospechoso. Según consta en el dosier, el director del centro, el padre Jesús María Delgado, trasladó a una madre que "ponía la mano en el fuego" por el padre Marcelino.

Precisamente este mismo lunes el director del colegio presentó su dimisión tres semanas después de estallar la polémica al conocerse las denuncias por agresión sexual.

Por ahora, son seis las denuncias que pesan sobre el padre Marcelino. Aunque el informe recoge una denuncia de otra madre que sospecha que su hija podría haber sufrido una agresión sexual por los regalos que recibía del cura y los cambios en el comportamiento de la menor.

La declarante se ha percatado ahora, al relacionarlo con estos hechos que, durante el año pasado y parte de este, su hija ha tenido momentos puntuales en los que, por ejemplo, no quería que la viera desnuda mientras se cambiaba o estaba en el baño. Sin embargo, la pedía que se quedara en la puerta esperándola.

Cuenta, además, que una vez después del verano del año 2024 encontró dos gotitas de sangre muy pequeñas en las braguitas, hecho que en ese momento no asoció a los hechos, pero ahora tiene miedo de que pudieran estar relacionados.

Una niña confiesa que el padre le tocó el culo

Por otro lado, la UFAM ha añadido un vídeo de una niña que le cuenta a sus padres que el cura acusado de realizar agresiones sexuales le tocó el culo. Este padre le dice a su hija que "el padre Marcelino ha hecho cosas muy malas" y la menor contesta "puede ser".

También se recogen más testimonios de distintos padres. Uno de ellos dice que, según los niños, el padre Marcelino es "el que más perdona que no coman la comida del comedor y el que da regalos". Otro de los padres refiere que su hijo sufría vejaciones en las clases de natación por parte de otros compañeros, que las puso en conocimiento del centro y no se hizo nada.

De esta manera, los agentes de la UFAM han solicitado las grabaciones de las cámaras de seguridad del colegio. El informe recoge que el 3 de marzo de 2025 se aprecia en una de las cámaras al padre Marcelino con tres niñas de seis años. Salen del plano hacia la zona donde se producirían los abusos y permanecen allí 11 minutos (entre las 13.04 y las 13.15). Hasta las 13.35 no aparece ningún otro adulto.

Los padres acusan al colegio de minimizar los hechos

El dosier, además, recoge una carta de los padres de una de las víctimas en la que acusan al colegio de minimizar los hechos y de realizar dos reuniones en relación a las denuncias contra el sacerdote a las que no les convocaron. "Nos resulta incomprensible e inaceptable", dicen.

Además, denuncian que, desde que el centro tuvo conocimiento de los hechos, la dirección "no ha mostrado el más mínimo interés en su estado" ni ha intentado ponerse en contacto con ellos.

"No han preguntado cómo se encuentra, si necesita apoyo o si hemos recibido la ayuda adecuada. Este absoluto silencio solo puede interpretarse como indiferencia, como si la víctima hubiera dejado de existir para ellos", han añadido.

De hecho, hacen hincapié en que en aquellas reuniones en las que no les convocaron, el centro mintió y aseguró que se trataba de un "único hecho puntual".