España ha amanecido este viernes con una nueva escalada en sus relaciones diplomáticas con Venezuela. Todo, argumentan desde el país caribeño, se debe a las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en las que ha tildado al Gobierno de Nicolás Maduro de "dictadura" al recordar el exilio de millones de personas. El efecto inmediato de estas declaraciones ha sido la llamada a consultas a la embajadora venezolana en Madrid y convocar al representante español en Caracas.
Unas medidas que ha anunciado el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, unas horas después de que la ministra recordara a todos los hombres y mujeres venezolanos que "han tenido que salir de su país". Las declaraciones que fueron pronunciadas por Robles durante su intervención este jueves en el acto de presentación de la novela de Julia Navarro 'El niño que perdió la guerra', que ha tenido lugar en el Ateneo de Madrid, donde han acudido como asistentes el expresidente del Gobierno Felipe González, entre otras personalidades.
A colación de los totalitarismos que se revelan en la novela de Julia Navarro, la ministra Robles ha hecho un inciso para mandar un "recuerdo a los hombres y mujeres de Venezuela que han tenido que salir de su país, precisamente por la dictadura que viven", lo que ha provocado el aplauso de los presentes. En este contexto, Robles ha mencionado también al opositor Edmundo González que se encuentra en España, y que este mismo jueves se reunió con Pedro Sánchez en La Moncloa una semana después de su llegada a España para pedir asilo político.
Un recuerdo que mandó también a "todos aquellos que tienen que salir de su país víctimas de la restricción de la violencia, de la falta de democracia y de la falta de libertad". Estas palabras han provocado tensión en las relaciones diplomáticas entre Venezuela y España, que se lleva fraguando desde que el Congreso instara al Gobierno español a reconocer a Edmundo González como presidente electo.
Para el Ejecutivo chavista, las últimas declaraciones de Robles muestran un "deterioro de las relaciones entre ambos países". Así lo ha señalado el ministro de Exteriores al anunciar que recibirá este mismo viernes al embajador de España en Caracas. Pero mucho más duro ha sido el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, quien ha cargado duramente contra España y el Congreso.
"Se reunieron (sobre Sánchez y González), se reunió el Congreso de España. Dieron un veredicto sobre las elecciones en Venezuela. ¿Qué carajo tiene que ver el Reino de España, el Congreso de España con los asuntos internos de Venezuela? Nos creen colonia", ha sostenido, lleno de ira, en un discurso esta madrugada. Según él, España se "cree imperio": "De aquí los echamos hace 300 años y los vamos a volver a echar cada vez que intenten meterse con los asuntos internos de Venezuela".