El dinero de Zaplana procede, según fuentes de la investigación, de supuestas mordidas en la concesión de parques eólicos y centros de ITV. 10 millones y medio de euros que estaba intentando blanquear y traer de vuelta a España.
La mayor parte del dinero estuvo oculto en Uruguay, el centro de su entramado societario. Desde allí, según fuentes de la investigación, habría movido el dinero por otros refugios fiscales para borrar huellas. Los investigadores apuntan Panamá, Luxemburgo, Londres o Andorra. De ahí, Zaplana lo intentaba repatriar ya blanqueado.
En España, Zaplana contó con la inestimable ayuda de otro de los detenidos. Es Joaquín Barceló, amigo de la infancia, mano derecha y testaferro del exministro, según los investigadores. Éste habría camuflado parte del botín en varias sociedades inmobiliarias de las que era administrador.
La operación Erial se aceleró precisamente por un negocio inmobiliario cerrado por el expresident valenciano hace un par de meses. Zaplana y su mujer compraron un piso de casi 300 metros cuadrados en un edificio de una de las zonas más caras de Madrid. Su valor estaría en el entorno de los dos millones de euros, a pesar de lo cual el matrimonio no pidió hipoteca.
La oposición exige a Montoro que aclare si su excompañero de Gobierno se benefició de su amnistía fiscal, ya que no sería el primero.