Alicia Sánchez sigue notando las secuelas del coronavirus meses después de superar la enfermedad. La mujer, tal y como cuenta, pasó mucho tiempo en la cama, lo que le repercutió físicamente. "Cuando me puse a caminar, me di cuenta de que tenía dificultades en el pie derecho. No podía levantar el empeine", recuerda, a lo que añade: "No podía dar diez pasos seguidos sin tener la sensación de que el pie se me iba; la estabilidad que tenía era mínima".
Fue entonces cuando comenzó su rehabilitación en 'AZ Recovery', el centro de fisioterapia de Ángel Aneiros, quien explica que Alicia "tiene un nervio afectado que se encarga de la musculatura lateral de su pierna".
La pandemia ha disparado el número de pacientes. De hecho aquí, según afirma Aneiros, al menos uno de cada cinco tiene que ver con el COVID-19. El fisio cuenta cuáles son los problemas más frecuentes asociados al coronavirus: "Hay pacientes con problemas por fibrosis pulmonar, o que el aporte de oxígeno en sangre disminuya, y tienen más fatiga o cansancio; patologías neuropáticas como Alicia".
Además, señala que también está "la gente que no había hecho deporte nunca, y que con tal de salir a la calle era capaz de salir a correr o montar en bici, lo que ha generado muchas lesiones deportivas, tipo roturas musculares".
Luciano Molina, jugador profesional de rugby, también notó las secuelas del coronavirus. "Tenía un fuerte dolor en el pecho que me agitaba al subir una escalera, o había veces que me mareaba al levantarme del sillón", recuerda.
Al igual que Alicia, Luciano necesitó rehabilitación para poder retomar su vida. "Estuvo haciendo ejercicio para ganar capacidad pulmonar, trabajo de fuerza, e ir aumentado progresivamente el tiempo, las repeticiones y la intensidad de los ejercicios", señala Samuel Requena, fisioterapeuta.
Y es que más del 60% de los pacientes que enfermaron en la primera ola del COVID-19 sigue todavía padeciendo fatiga.