El Parlament celebra este viernes el debate final y la votación de la reforma de la Ley de la Presidencia que impulsa JxCat para hacer investiduras a distancia, es decir, sin que el candidato esté en la Cámara.
JxCat ha ideado esta reforma con el objetivo de investir al expresidente Carles Puigdemont sin que deba regresar de Alemania, y también persigue dar un marco legal a que el nuevo Govern que se forme pueda tener consellers operando desde del extranjero.
El grupo mantiene la incógnita de qué pasos dará cuando esté aprobada la ley, aunque el diputado Albert Batet resumió así el jueves la posición de JxCat sobre un candidato: "Puigdemont o el que diga Puigdemont".
Fuentes de Moncloa informaron de que los servicios jurídicos del Estado ya tienen listo un recurso contra la reforma para presentarlo cuando se debata en el Parlament "si así sucede finalmente, y además han recordado que el TC ya avisó en su día a la cámara de la obligación de respetar las resoluciones del alto tribunal.
La norma saldrá adelante con toda probabilidad con los 70 votos que tienen en la Cámara JxCat, ERC y la CUP, que serán suficientes para derrotar a los 65 votos del resto de partidos del hemiciclo que rechazan la normativa: Cs, PSC, comuns y el PP.
Contra la norma pesa un dictamen del Consell de Garanties Estatutàries que considera ilegal tanto el contenido de la ley como aprobarla por el procedimiento de urgencia, pero sus dictámenes son consultivos y, por lo tanto, no son de obligado cumplimiento.
Una vez aprobada la ley, se abrirán dos incógnitas: si el Gobierno central procede a impugnarla ante el Tribunal Constitucional, y si JxCat realmente da el paso de proponer a Carles Puigdemont para una próxima sesión de investidura.
Apostar por Puigdemont pondría en riesgo a los miembros de la Mesa del Parlament, ya que si lo proponen incurrirían en desobediencia al Alto Tribunal, que recientemente suspendió la candidatura de Puigdemont a la Presidencia de la Generalitat.