El edificio, cedido por las autoridades gallegas a Franco en 1939, ya fue declarado en 2008 por la Xunta de Galicia como Bien de Interés Cultural. Aunque el Ayuntamiento de Sadá, lugar donde se encuentra, constató hace poco que el pazo de la parroquia de Meirás no constaba inscrito en el registro de la propiedad, de ahí la nueva resolución aprobada.
La declaración obligaba a los propietarios a permitir el acceso al edificio cuatro veces al mes, a preservar el inmueble y a pedir autorización a patrimonio para realizar cualquier tipo de intervención.