A tres semanas de su investidura, Pedro Sánchez manda un mensaje al resto de partidos: "Cuando anteponemos la responsabilidad y la generosidad, todos logramos acuerdos en beneficio de la mayoría y del interés general", señala el líder socialista.
El 23 de julio se votará su investidura en el Congreso y esperan que salga adelante. Pero sus principales socios, Unidas Podemos, ya auguran que Sánchez "camina hacia una investidura fallida". Según la formación, lo hacen para presionar a Ciudadanos, y siguen apostando por un Gobierno de coalición que los socialistas rechazan, mientras presionan.
"Estar en el tacticismo de pensar que en este momento no se ponga toda la carne en el asador para poder tener un Gobierno me parece que, para aquellas formaciones que están en un regate corto, es equivocado", señala María Jesús Montero, ministra de Hacienda en funciones.
Piden a todos los partidos que no bloqueen la situación, pero por el momento nadie se mueve. Pablo Casado asegura que no pueden facilitar la investidura porque "el PP no tiene nada que ver con el PSOE actual", y Albert Rivera descarta incluso volver a reunirse con Sánchez: "No tengo nada más que hablar con él, después de las tres veces. Tiene que formar gobierno con sus socios como hacen todos los países del mundo".
El líder socialista ya le ha respondido: "Guardemos las formas y el decoro institucional y luego, si me quiere votar que 'no', que vote lo que considere".
¿Cómo quedaría el calendario de investidura?
Si el día 23 Sánchez no tiene los apoyos suficientes, se volvería a votar 48 horas después, el día 25 de julio. Si sigue sin tener respaldo, dispondría de dos meses, hasta el 23 de septiembre, para intentar conseguirlo, pero si nadie se mueve automáticamente el 24 se disolverían las Cortes.
En ese caso, el día 10 de noviembre volveríamos a elecciones. Una situación a la que el Gobierno confía en no llegar.