Superado el primer escollo de la investidura de Pedro Sánchez, llega el más difícil todavía: gobernar en una coalición que además no suma mayoría parlamentaria.
Con los Presupuestos como primer objetivo, tendrán que negociar cada 'sí' para superar los 176. Ahí será determinante la posición de partidos como ERC, que condiciona su apoyo a este Gobierno a la mesa de diálogo con la Generalitat pactada con el PSOE, que debería arrancar en 15 días.
La aprobación de los Presupuestos supondría un balón de oxígeno para la complicada supervivencia del Gobierno de Sánchez. Pero en el PSOE son optimistas, como afirma el diputado Sicilia: "Seremos capaces de avanzar y de aprobar no solo los Presupuestos, sino también las leyes comprometidas por Sánchez".
Desde la tribuna Sánchez se comprometió a una nueva ley de educación o a derogar la llamada ley mordaza. Pero para aprobar o modificar estas y otras leyes orgánicas necesitará también la mayoría absoluta de la cámara y mucho diálogo.
Casi imposible será la pretendida renovación del Poder Judicial, para la que necesita un apoyo de tres quintos de la cámara y por lo tanto, sumar al PP.