Pedro Sánchez consigue revalidar su título. El candidato socialista ha sido investido nuevamente presidente del Gobierno este jueves, recibiendo así la confianza de la mayoría absoluta de la cámara para poner en marcha un nuevo gobierno -presumiblemente de coalición con Sumar- y dar pie a una segunda legislatura progresista. El líder del PSOE ha recibido finalmente el apoyo de un total de 179 escaños (eran necesarios como mínimo 176 para la mayoría absoluta) frente a los votos en contra de 171 parlamentarios, y no se ha registrado ninguna abstención -ni errores- durante la votación.
En concreto, el candidato socialista ha logrado el 'sí, quiero' de Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya, Junts per Catalunya, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria y, por el contrario, un no rotundo por parte del PP, de Vox y de UPN. Pese a que con este resultado Sánchez puede respirar algo más tranquilo -al menos, por un tiempo-, su investidura ha estado en el aire y rodeada de tensión hasta el último momento. Y no es de extrañar, atendiendo no solo a lo difíciles que han sido las negociaciones del PSOE con el resto de formaciones para recibir sus 'síes'; también, a los mensajes esgrimidos por algunos grupos en las horas previas.
Había ciertas dudas -aunque mínimas- de que Junts fuera a votar a favor de Sánchez finalmente. Si bien la negociación parecía estar cerrada con el acuerdo entre el PSOE y Junts para registrar la ley de amnistía para los encausados en el procés independentista catalán, el discurso de investidura que esgrimió el candidato socialista este miércoles en el Congreso no gustó nada a la formación de Carles Puigdemont. A tal nivel llegó esta cuestión que Junts no dudó en reprochar a Sánchez su referencia al "perdón" y le avisó ante la votación: "Con nosotros no pruebe a tentar a la suerte".
Incluso, poco después, la portavoz de la formación catalana, Míriam Nogueras, se reunió con Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, para expresarle su molestia con el discurso de Sánchez. Parece que, consciente de la situación, Sánchez pudo rebajar la tensión al prometer a Nogueras desde la tribuna que cumplirá y que se darán pasos para la "resolución definitiva" del conflicto. La otra circunstancia que puso contra las cuerdas a Sánchez en un momento clave para el futuro político de España estaba directamente relacionada con su socio de Gobierno; con el de ahora, Sumar.
Podemos tiene ahora un recorrido mucho más libre"
En la tarde de este jueves, el exvicepresidente del Gobierno y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, daba por hecha la ruptura de su partido con la plataforma liderada por Yolanda Díaz. "Creo que se inicia un camino nuevo para nuestra fuerza política que a mí me parece muy ilusionante y que va a funcionar", afirmó Iglesias. El motivo: ha asumido que su partido no tendrá ningún ministerio. Por ello, indicó: "Podemos tiene ahora un recorrido mucho más libre". También argumentó el peligro de que su formación quedara "totalmente invisibilizada en un gobierno con menos iniciativa política".
En este caso, ya se sabía que la posición de Podemos no iba a entorpecer la formación de un nuevo gobierno progresista. Así lo decidieron sus bases en una consulta previa al debate de investidura en la que más de 47.000 inscritos (el 86,10% del total de personas que votó) respondieron 'sí' a la siguiente pregunta: "¿Debemos los diputados de Podemos apoyar la investidura de Pedro Sánchez?". No obstante, aunque este cambio de rumbo no haya puesto en peligro la investidura de Sánchez, sí supone una nueva fragmentación en el espacio a la izquierda del PSOE que se notará especialmente en el medio-largo plazo; por ejemplo, con la celebración de las próximas elecciones europeas, donde Podemos ya tiene pensado concurrir por su cuenta.
Nuevo Gobierno... y nuevo marco parlamentario
La investidura de Sánchez marca un hito histórico en la conformación del nuevo Gobierno, dado que el ya presidente electo se ha apoyado en un gran número de partidos para sacar adelante su legislatura. Son hasta siete las formaciones, incluidas nacionalistas e independentistas, con las que el líder socialista ha llegado a acuerdos con el objetivo de recibir sus votos y dibujar así el nuevo Ejecutivo; una fórmula que, precisamente, ha criticado el ya líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a lo largo de este jueves: "Vamos a tener un gobierno que se va a prorrogar mes a mes". En esta línea, el PP ya ha adelantado que se cerrará a llegar a acuerdos con el PSOE.
"Va a ser muy difícil que PP y PSOE nos podamos poner de acuerdo casi en ninguna cosa. El señor Sánchez ha optado claramente por hacer depender la gobernabilidad del país de los independentistas", ha aseverado Borja Semper, vicesecretario de Cultura del PP. Asimismo, han elevado el debate sobre nuestra calidad democrática a la Unión Europea. "Va a examinar la calidad de nuestra democracia. Solo lo han sufrido Polonia, Hungría y Malta. Creo que es una humillación", ha anunciado Esteban González Pons, vicesecretario general Institucional del PP.
La pregunta ahora es si, tras la investidura, se espera una legislatura estable. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, prefiere ser prudente: "Partido a partido. Como los últimos cuatro años. La única diferencia es que Sánchez no tiene alternativa". De momento, se sabe que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunirán en la tarde de este mismo jueves para comenzar a abordar la formación de este nuevo Gobierno, del que por el momento solo se sabe que el presidente apuesta por tener cuatro vicepresidencias, todas ellas ocupadas por mujeres.