Así queda reflejado en
un memorándum de entendimiento firmado por los ministros de Exteriores de ambos
países, el español Josep Borrell y el cubano Bruno Rodríguez, en el Palacio
Presidencial de La Habana durante un acto presidido por Sánchez y el presidente
cubano, Miguel Díaz Canel.
El Gobierno español
informó esta semana de que el jefe del Ejecutivo no mantendría ningún contacto
con la disidencia en un desplazamiento, durante el que quería recuperar la
normalidad política con las autoridades cubanas.
No obstante, garantizó
que en este viaje se hablaría de derechos humanos y en ese contexto enmarcan el
acuerdo avalado hoy por Sánchez y el presidente cubano. Lo que se fija con este
memorándum es que habrá contactos políticos permanentes con reuniones anuales
en las que se hablará de todo lo que consideren oportuno ambos países y
presididas por ministros o secretarios de Estado.
Fuentes españolas
precisaron que el texto del acuerdo recoge explícitamente que entre los asuntos
que mediante "un diálogo franco" se tratarán cada año estarán los
derechos humanos y subrayaron su relevancia puesto que ningún país europeo lo
tiene aunque sí la UE en conjunto. No fue el único acuerdo suscrito, sino que
bajo la presidencia de Sánchez y Díaz Canel, Borrell y el ministro de Cultura
cubano, Alpidio Alonso, suscribieron otro para la difusión de sus respectivas
culturas en cada país.
Una iniciativa que el
Gobierno español explica que pretende normalizar la presencia de la cultura
española en la isla tras el daño sufrido por la política hacia Cuba que puso en
práctica el exjefe del Ejecutivo José María Aznar.
Sánchez y Díaz Canel
hablaron de las relaciones bilaterales, de la situación en América Latina, de
la presencia de empresas españolas en la isla, de cambio climático, de
cooperación en diversos ámbitos... Y también de una cita pendiente: una visita
de Estado de los reyes de España a Cuba.
El jefe del Gobierno
comentó la ilusión que le haría a su Ejecutivo que Felipe VI y doña Letizia
pudieran visitar La Habana en 2019 con motivo de la conmemoración del 500º
aniversario de la ciudad, y el presidente cubano, según las fuentes españolas,
acogió esa posibilidad de forma positiva.
La entrevista entre
Sánchez y Díaz Canel (primero a solas y después con sus respectivas
delegaciones), la firma de acuerdos y una cena posterior a la que asistieron
sus delegaciones correspondientes (incluidas sus respectivas esposas, Begoña
Gómez y Lis Cuesta) fueron los puntos clave de la agenda de la primera jornada
en Cuba del presidente del Gobierno.
A su llegada a La
Habana, Sánchez fue recibido en el aeropuerto por el viceministro cubano de
Relaciones Exteriores, Rogelio Sierra, junto a quien asistió a continuación a
una ofrenda floral al prócer independentista José Martí. En ese lugar, la Plaza
de la Revolución, escenario de muchos de los discursos del fallecido
expresidente cubano Fidel Castro, Sánchez escuchó los himnos nacionales de los
dos países teniendo a sus espaldas las efigies del Che Guevara y Camilo
Cienfuegos. Los honores militares se repitieron ya en el interior del Palacio
Presidencial y con Díaz Canel como anfitrión.
La jornada de mañana de
Sánchez tendrá un marcado carácter económico, ya que asistirá a un foro
empresarial organizado con motivo de su visita a Cuba. Una veintena de
empresarios asistentes a este evento viajaron con él desde Madrid.
Además, Sánchez
recorrerá las calles de La Habana Vieja y presidirá un acto en el que
participarán diversos representantes de la sociedad civil cubana. Serán poco
más de 24 horas las que permanecerá en la isla, pero fuentes de su Gobierno dan
por hecho que con esta visita se abre una nueva etapa en la relación política y
económica con Cuba.