Las puertas de Moncloa se han vuelto a abrir para recibir al president de la Generalitat, que llegó a la escalinata para intercambiar un largo apretón de manos ante la prensa.
Torra entró por primera vez en la Moncloa y lo hizo con el lazo amarillo para denunciar que sus compañeros siguen en la cárcel. Pero con presidentes nuevos en las dos partes, la intención era entenderse y eso lo han demostrado los gestos de coordialidad.
Torra le ha regalado dos libros y un licor y ambos han dejado claro ante las cámaras han dejado clara la buena sintonía entre ambos antes de una reunión que duró más de dos horas y media, y que según Moncloa ya no es una visita protocolaria, sino una reunión de trabajo.