Pedro Sánchez ha celebrado con unos 200 militantes su victoria en las primarias y lo ha hecho con el puño en alto y cantando la internacional, la misma fórmula con la que ha cerrado sus actos durante la campaña pero poco habitual en Ferraz, en los últimos tiempos.
Con gritos de "sí es sí" y "presidente", los militantes, entre ellos sus padres y su mujer, aclamaron a un Pedro Sánchez exultante que ha optado por dar ante los afiliados su primer discurso como secretario general, en la sala Ramón Rubial, y no ante las decenas de periodistas que siguieron el escrutinio en la sala de prensa.
Sánchez se ha dirigido a los millones de socialistas que, contra viento y marea, votaron por el PSOE en 2016, pero también a los que se sienten progresistas pero no los votaron en las últimas elecciones. El estrenado secretario general se ha comprometido ante una militancia convencida a dar forma a un PSOE "nuevo", de izquierdas, un Partido socialista unido "al que teme el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy".
Pero sobre todo Sánchez ha insistido, igual que en campaña, en que su compromiso está con la militancia que fue, finalmente, quien le llevó a recuperar el liderazgo. "Mañana empieza todo" ha dicho Sánchez que, sobre todo, apuesta por "regenerar España". Y en esta intervención, Sánchez ha contado con todo su equipo, con quienes le han arropado en la campaña pero, también con su madre, que hoy cumplía años y resultó ser su talismán de la suerte.