El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aterriza en China para una visita de estadode dos días que arranca con una visita al Foro de Boao, en la isla de Hainan, una suerte de Davos asiático, y que incluirá una reunión con su homólogo chino, Xi Jinping.
Sánchez se ha convertido en el primer dirigente europeo que visita Pekín después de que el gigante asiático haya dado un paso presentando un planteamiento de paz para la guerra en Ucrania. Un plan de 12 puntos que Xi compartió con el presidente ruso, Vladímir Putin, y sobre el que Sánchez ha dicho que ve aspectos interesantes.
Por eso, aunque el motivo de la visita es más bien económico, con el objetivo de retomar las buenas relaciones diplomáticas entre países y celebrar que se cumplen 50 años de las relaciones diplomáticas entre Madrid y Pekín, previsiblemente el telón de fondo de esta visita será la invasión rusa de Ucrania.
En su primera parada, en el Foro de Boao, donde Sánchez busca posibles inversiones en España, el presidente del Gobierno ha alertado de los "retos globales de una escala sin precedentes" a los que se enfrenta la humanidad y ha asegurado que "nadie quiere la fragmentación económica ni la guerra".
Me he reunido con más de 40 líderes mundiales esta semana. Y seré claro: nadie quiere una fragmentación de la economía o la guerra"
"La humanidad se enfrenta a retos globales de una escala sin precedentes: el cambio climático, la pandemia y la brutal e ilegal agresión de Rusia contra Ucrania que está causando una enorme crisis humanitaria de alimentos y seguridad, inflación y un aumento de la deuda en un gran número de países vulnerables", ha denunciado.
"En menos de una semana me habré reunido con más de 40 líderes mundiales de tres continentes distintos. Y seré claro, en todas las conversaciones he escuchado el mismo anhelo de paz, estabilidad y prosperidad. Nadie quiere una fragmentación de la economía o la guerra". Esta es la tercera visita diplomática internacional del presidente en la última semana, después del Consejo de Europa en Bruselas y la Cumbre Iberoamericana en República Dominicana
Sobre las relaciones entre Asia y Europa, ha asegurado, "no tienen por qué que ser confrontaciones", y ambos continentes deben centrarse en ser aliados, "en lo económico y más allá". Lo importante, ha sentenciado, es "abrir Oriente para que Occidente no tenga que replegarse sobre sí mismo".
Sánchez ha tenido también palabras para alabar la relación entre las empresas chinas y españolas: "China es el mayor proveedor para España, y los proveedores españoles tienen su mayor mercado asiático en China, destacando los inversores asiáticos en empresas de ingeniería en nuestro país".
Con Xi, ya el viernes, Sánchez buscará exponer al líder chino algunas de sus prioridades para la presidencia española de la UE en el segundo semestre de este año y abordar otras cuestiones como la lucha contra el cambio climático, la seguridad alimentaria o la crisis de deuda.
También en Pekín, el jefe del Ejecutivo español se verá con empresarios españoles asentados en China y con representantes de turoperadores chinos para fomentar las visitas turísticas de grupos a España.
"Necesitamos jugadores constructivos y responsables"
Ya en el Foro de Boao, Sánchez ha celebrado la "intensificación de los contactos diplomáticos de las autoridades chinas con líderes de todo el mundo", ha destacado que así se "refleja un alto grado de responsabilidad" y que es la única solución a los retos globales actuales.
"En este contexto, la comunidad internacional necesita jugadores constructivos y responsables, y eso es lo que España quiere ser. Para empezar, como un país abierto y de fiar, pero también como la próxima presidencia de la Unión Europea, siendo parte de la comunidad iberoamericana y siendo un miembro activo de todas las grandes organizaciones multilaterales", ha recalcado Sánchez.