Primero entró Pedro Sánchez y después, unos metros por detrás, Susana Díaz. Saludos y abrazos a los asistentes mientras avanzaban hacia el escenario y los militantes se dividen: unos gritaban a favor de Pedro y otros a favor de Susana.
Ya en su sitio cruzan unas palabras hasta el momento de la reelección de Díaz como líder del PSOE andaluz, cuando se abrazan y se dan un beso. La presidenta andaluza le agradece a Sánchez su presencia: "Gracias por venir Pedro".
Además vuelve a apelar a la herencia de PSOE, pero le ofrece a Sánchez su lealtad: "Vas a tener como secretario general la lealtad de todos los socialistas andaluces y la mía la primera. Lo único que te pido como secretaria general y presidenta de Andalucía que nunca me hagas elegir entre las dos lealtades porque soy la presidenta de todos los andaluces".