La plaga migratoria de langotas que está afectando a parte de los países del centro de Africa podría llegar a España, "aunque no es fácil". No sería la primera vez que langostas africanas llegan a la Península si encuentran las condiciones meteorológicas propicias, según ha explicado un científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
El doctor Oscar Soriano, entomólogo e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC), ha señalado a Europa Press que el final de la plaga que sufre Africa es "muy difícil" o casi imposible de predecir porque dependerá de las condiciones climáticas, las condiciones de las plantas y de las condiciones meteorológicas.
Para que se inicie una plaga, explica que son más propicios los años muy húmedos que cuando se da una sequía generalizada en la que cuando eclosionan los huevos no tienen alimento y, por ende, no prolifera. Cuando hay profusión del crecimiento y el enjambre de langosta encuentra un campo propicio para su expansión, "avanza arrasando" ya que el investigador añade que una langosta come su equivalente a su peso cada día. Si además de alimento encuentran corrientes de aire propicias puede darse el caso, "y se ha dado", de que lleguen desde Africa hasta Reino Unido e incluso han llegado a cruzar el Atlántico.
Barajas, zona endémica
España no está exenta de este tipo de plagas y, de hecho, existen zonas endémicas. La langosta es generalmente una especie centroafricana y norteafricana, pero en la zona del aeropuerto de Barajas puede haber plagas de saltamontes.
Esto obliga, según ha apuntado el investigador, a AENA a realizar un "control exhaustivo" de esas poblaciones para evitar daños a la navegación aérea. Además de por su capacidad depredadora, estos insectos, algo más grandes que un saltamontes, atraen a los pájaros que se alimentan de ellos, lo que puede aumentar el riesgo en los aeropuertos.
Así, explica que una de las razones por las que en Barajas existen cetreros precisamente evitar plagas de saltamontes y ahuyentar a las aves depredadoras. En España, la llegada de langostas depende de las barreras geográficas, por ello apunta que las zonas más propicias para sufrirlas son las mesetas ya que "difícilmente" pueden superar montañas.
A estos perjuicios se añade el hecho de que lo "más" eficaz para combatirlos son los insecticidas, puesto que los más efectivos están "prohibidos" por su potencial perjuicio para la salud del ser humano y el medio ambiente. Finalmente, indica que, de nuevo la capacidad de hacer frente a estas plagas depende de cada país y lamenta la existencia de un mercado negro de plaguicidas dañinos.
"La plaga migratoria más peligrosa del mundo"
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) considera que la epidemia actual de langostas que sufre buena parte de Africa es "la plaga migratoria más peligrosa del mundo" ya que el repunte de estos insectos que comenzó a finales de 2019 es la peor en los últimos 25 años en Etiopía y Somalia y la peor de los últimos 70 años en Kenia.
Una vez se manifiesta con toda su virulencia, la plaga de langosta es "muy difícil de combatir"
La langosta, que puede provocar efectos devastadores cuando la especie se comportan de forma gregaria, podría llegar a España, algo que ha ocurrido en distintas ocasiones entre el siglo XI y el siglo XX, según recoge la publicación 'Las Langostas en España', que figura en la biblioteca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que concluye que "una vez se manifiesta con toda su virulencia" es "muy difícil de combatir".
La publicación relata todas las plagas de langostas registradas en España en diez siglos e incluso recoge las hectáreas afectadas y los programas de los distintos Gobiernos de España para hacer frente a las distintas epidemias y los métodos para combatirla, desde con azúcar a gasolina, y a partir de finales del siglo XIX, de acuerdo con la publicación, en España se comenzó a hablar de lucha "biológica" contra las langostas a través de las diputaciones provinciales de Cuenca y Ciudad Real que comenzaron a fabricar un pienso realizado con harina y polvo de cadáveres de langostas muertas.
Última plaga en España en 2006
Incluso se llegaron a fabricar jabones a base de langosta y aceite. Las últimas plagas de la que se tiene constancia en España tuvieron lugar en 1987 y en 2006, por la llegada de langostas procedentes del norte de Africa.
Precisamente en el continente africano la próxima producción de las cosechas de mayo y junio en algunas partes de Kenia, Etiopía y Somalia peligra ante las nuevas oleadas de enjambres de langosta del desierto, una situación que amenaza la alimentación de pequeños agricultores y sus familias, según recuerda el PMA de la ONU.
De hecho, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya advirtió el pasado mes de febrero que los enjambres de langostas se estaban extendiendo a una amplia zona que en la actualidad comprende a Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda.
13 millones de afectados en África
De acuerdo con el índice de control de seguridad alimentaria, más de 13 millones de personas en el este de Africa tienen carestía de alimentos y no todas en la ruta de enjambres pero la ONU estima que unos 9,7 millones de personas pueden verse afectadas por esta plaga en Kenia, Etiopía y Somalia y otros 3,2 millones de habitantes en Uganda y Sudán del Sur.
El PMA estima que el coste en materia de seguridad alimentaria después de que pase la plaga puede ser hasta 15 veces superiores a los de la propagación en estos momentos. El inicio de las lluvias en marzo y abril coincide en marzo y abril, cuando se regeneran los pastizales y la plantación, lo que permite que una nueva ola de langostas se reproduzca.
La ONU estima en 208 millones de euros la respuesta humanitaria eficaz
En definitiva, el Programa Mundial de Alimentos advierte de que en el peor de los casos y aunque lo considera improbable, la plaga podría ocasionar una producción de las cosechas inferior a la media para este año y añade que se podrían producir grandes pérdidas de pastos en las regiones áridas y semiáridas. De este modo, estima que será necesarios 208 millones de euros para dar una respuesta humanitaria eficaz.