El Gobierno recurre, en tono irónico, al pasado laboral de Torra para lanzarle una advertencia. "He leído en su biografía que fue vendedor de seguros, así que espero que valore el riesgo de lo que diga y haga", dice el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo.
Más contundentes son en el PP catalán, donde le acusan de "radical" y aseguran que es "una propuesta a dedo de Puigdemont, que busca al candidato que puede ser más obediente".
Ciudadanos va un paso más allá llamándole "xenófobo" y avisando de posibles sorpresas en la formación del Govern. Inés Arrimadas afirma que "han puesto al 'megarradical' al frente y querrán poner consellers a quien no pueda porque en realidad no quieren que se acabe el 155".
Miquel Iceta, cauto, prefiere esperar al discurso en la sesión de investidura para ver "si hay una división clara entre su trayectoria como líder como activista independentista y su ejecutoría como president".
Prudencia también en los comuns, que han recordado los polémicos tuits del candidato en los que según Domènech "se expresaba lo peor de una visión de Cataluña". Para ellos, en la sesión de investidura tiene una gran oportunidad para explicar qué tipo de presidencia quiere.