Había muchas ganas de playa y mar, aunque sea con mascarilla. De lo que no había tantas ganas era de los atascos que se están produciendo por ser el primer fin de semana completo sin estado de alarma. Desde este viernes, la afluencia de coches en las carreteras ha aumentado considerablemente, con un auténtico éxodo de las grandes ciudades con un mismo destino: la playa.
Además, el origen, entre la mayoría es similar. Y es que muchos han salido de Madrid con destino a la costa, aunque sea para sentir la brisa del mar solo el fin de semana. Muchos han llenado rápidamente el maletero y ni lo han vaciado antes de pisar su segunda residencia. Otros no piensan abandonar la arena hasta que toque regresar: "Nos vamos a tirar aquí todo el día", cuenta una mujer.
Y muchos han sido los que han decidido los que han decidido hacerse un test para irse de vacaciones seguros de no llevar el covid con ellos. "Me he hecho el test porque hay que cuidar a nuestros mayores, a nuestros pequeños y a nosotros", afirma una mujer.
Respeta la distancia mínima de seguridad en la playa
Y es que este verano la preocupación por el coronavirus también ocupa espacio en la maleta. Será la seña de identidad de unas vacaciones atípicas porque aunque los restaurantes estén al completo, en la playa no nos podemos olvidar de respetar la distancia mínima de seguridad.
Aunque las playas vuelven a convertirse en el lugar favorito para sobrellevar el calor, este verano atípico han tenido que prepararse para evitar los contagios. Para darse un baño en Gijón, habrá que mirar la zona de la playa y su ocupación en tiempo real a través de una plataforma digital.
En Cullera, todo lo contrario:con 15 kilómetros de playa, no han tenido mucho problema de limitación de aforo. Podrá albergar 88.000 personas en la costa, sin necesidad de parcelar el terreno, ni reservar cita.
Drones vigilan que se cumpla con las medidas
Los municipios costeros han empleado todo tipo de instrumentos para proteger al usuario. Desde los más rudimentarios, (estacas de madera) hasta tecnología punta: drones que vigilan que se cumpla con la distancia de seguridad.
Sin embargo, las medidas adoptadas para evitar contagios de COVID-19 no sólo afectan a la zona de los arenales de las playas. En Gandía han cerrado los dos carriles al tráfico y lo han sumado al paseo marítimo.
Multas de 100 euros por no llevar mascarilla en el casco histórico de Conil
Todo ello para limitar aglomeraciones en localidades que llegan a multiplicar por cuatro su población en verano. Es el caso de Conil de la Frontera que, ante la llegada de turistas, han prohibido acceder al casco histórico sin mascarilla. "Aquella persona que no cumpla con las medidas de seguridad y no porte mascarilla será sancionada con 100 euros", indica un policía.
No se recomienda el deporte colectivo: compartir objetos es un riesgo
Además, el brote de Lepe ha hecho que se suspendan todas las actividades en Isla Cristina. Nada de mercadillos, parques infantiles, ni zonas deportivas. Y no sólo allí, sino que en todas las playas españolas el deporte colectivo no es recomendable. Habrá que buscar otro entretenimiento que no sea jugar a las palas porque compartir objetos es un riesgo.
Lo que sí está permitido hacer en la playa
Lo que sí está permitido en este verano atípico es tumbarnos en la arena y disfrutar del sonido del mar, algo que es todo un regalo después de meses de confinamiento. Eso sí, siempre cumpliendo la distancia mínima de seguridad.