La actriz Elisa Mouliaá habla por primera vez ante una cámara, tras denunciar a Iñigo Errejón por acoso sexual. Ante los micrófonos de la agencia de comunicación Gtres, la actriz cuenta cómo decidió denunciar ante la Policía al ya ex portavoz de Sumar. Tras lo sucedido no duda en calificarlo de "psicópata narcisista".
Mouliaá confiesa que fueron sus amigas a las que en su día les contó todo lo que ocurrió con Errejón aquella noche de 2021, quienes la avisaron de que el fundador de Más Madrid había publicado una carta en X (antes Twitter) anunciando su dimisión y su abandono total de la política.
Fue entonces, cuando puso la televisión y empezó a ver todo lo que estaba ocurriendo, y todas las denuncias anónimas que estaban saliendo contra el político. Denuncias que, según Mouliaá, se estaban cuestionando, argumentado que esas acusaciones podrían ser una artimaña de la derecha para tirar al partido y otros por el estilo.
"Y ahí fue cuando empecé a revivir la historia y dije: 'A ver, este tío es un acosador'. Esta persona no está bien de la cabeza, no actúa como un 'tío normal' de una noche", asegura la actriz. Porque "en la primera hora que conoces a alguien, no la encierras en un cuarto y la empiezas a tocar", añade Mouliaá quien asegura que no quiere ir de víctima, porque en su día no le afectó. "No quise que me afectara y no quiero que me afecta", afirma contundente. Por ello, decidió denunciar.
La actriz, incluso habla de patrón, al asegurar otras dos víctimas de Errejón han contactado con ella. "Una de ellas me ha dicho que le decía absolutamente las mismas frases que a mí. O sea, que era como un guion repetido", sostiene ante los micrófonos de la agencia mencionada.
Reconoce una vez más que estaba ilusionando con Errejón porque "admiraba su discurso político, lo admiraba y sigo admirando [ese discurso], y me da mucha pena que esto esté pasando porque me parecía un partido esperanzador y muy bueno para España. Pero al final, he considerado que lo más importante son las mujeres. Y que esas mujeres tienen razón", asegura refiriéndose a todas aquéllas que están contando su experiencia con Errejón por las redes sociales.
Así, asegura también la actriz que le llegan por redes sociales relatos de otras chicas quien la cuentan que también les hizo lo de las 'tres normas'. "No está bien de la cabeza. Me parece que es un psicópata-narcisista", asegura Mouliaá, quien además señala contundente que "gentuza hay en todos los lados. Me han llegado nombres de gente conocida, que me ha contado cosas parecidas... Van a salir todos, gente de izquierdas y de gente de derechas. Y no solo de la política, sino del mundo de la industria y la cultura".
También, en este relato por primera vez ante las cámaras, Mouliaá ha contado cómo la Policía "fue encantadora" con ella a la hora de poner la denuncia: "Me ayudaron a sentirme en confianza para contar todos los detalles porque cuanto más detalles, mejor para la investigación", cuenta la actriz, asegurando que para la denuncia aportó como pruebas las capturas de pantalla de conversaciones que tuvo con mis amigas cuando sucedió todo: "Me voy a defender hasta el final. Eso no se hace y punto".
Ahora, su testimonio será fundamental para el juez Adolfo Carretero, quien llamarla a declarar "cuanto antes" para que corrobore su versión y así ratifique la denuncia. De hecho, en otras declaraciones a los medios este martes ha asegurado ya le han trasladado que la "van a llamar ya", por lo que tiene que buscarse "ya una abogada". Carretero también darse prisa con Errejón, en su caso como investigado, después de que el Congreso ya haya respondido que no es aforado.
A la denuncia de Mouliáa se une ahora una segunda, la de Aída Nizar. Asegura que en mayo de 2015, en un acto en Universidad Complutense de Madrid, Errejón se abalanzó sobre ella y le azotó fuertemente en el culo delante de Ada Colau o Xabier Domenech. Algo que los Comuns ya han salido a desmentir. Fuentes del entorno de Colau recalcan que la exalcaldesa no fue testigo de esos hechos y que no les consta ningún acto ese día en la institución académica. En el caso de Nízar, al ser leve, el delito habría prescrito a los cinco años.