Los restos de José Antonio Primo de Rivera, ideólogo del golpe de Estado de 1936 y fundador de la Falange, saldrán el próximo lunes del Valle de Cuelgamuros, después de que sus familiares solicitaran su exhumación hace meses y en aplicación de la Ley de Memoria Democrática. Así lo ha avanzado la agencia Efe este jueves y ha confirmado posteriormente el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
En declaraciones a la prensa desde Barcelona, Bolaños ha confirmado que la exhumación se llevará a cabo el lunes 24 de abril y ha defendido que este "es un paso más en la resignificación del Valle porque ninguna persona tendrá allí un lugar preeminente", aunque ha evitado dar más detalles sobre cómo se llevará a cabo. "Es un paso más en lo que estamos haciendo con el Valle de Cuelgamuros, que es que no se homenajee allí, que no se enaltezca a ninguna persona, a ninguna ideología que evoque a la dictadura", ha asegurado.
La exhumación llega, en cualquier caso, 1.278 días después de que los restos del dictador Franco fueran trasladados desde la basílica del Valle, donde llevaban desde su muerte en 1975, al cementerio de El Pardo-Mingorrubio. Tras aquella exhumación, solo quedaba pendiente la de Primo de Rivera, ya que la citada ley obliga a reubicar los restos situados en un lugar "preeminente" de la basílica, en un enclave, antes conocido como Valle de los Caídos, que la norma rebautizó como Valle de Cuelgamuros.
Así, Primo de Rivera, que murió en los primeros compases de la Guerra Civil, seguirá los pasos del dictador y saldrá de la basílica, donde se encontraba enterrado pese a las protestas de sus propios familiares. Ya en octubre, y a sabiendas de que la citada ley supondría su exhumación, la familia del falangista reclamó al abad del Valle de los Caídos y a la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid exhumar sus restos.
También solicitaron las licencias correspondientes al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial. Una vez obtenida la autorización, indicaron, los restos serían depositados en el lugar decidido por la familia, aunque entonces no especificaron en qué cementerio sería. A este respecto, Efe avanza que serían depositados en el de San Isidro, en Madrid.
Los descendientes del líder de la Falange justificaron el traslado aduciendo que cumplirían así la voluntad manifestada en su testamento de ser enterrado en un cementerio católico y no en uno civil, como, según la nueva ley, pasa a ser el Valle.
"El proceso de exhumación debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles", detallaron entonces en un comunicado. Es decir, no quieren que se repita el vuelo que rodeó la exhumación de Franco, a la que se oponía la familia del dictador y que terminó siendo televisada en directo.