PSOE y PP han dejado actitudes, cuanto menos, cuestionables tras conocer la decisión del Tribunal Constitucional de anular la sentencia a la exministra de Industria y exconsejera de Economía de Andalucía, Magdalena Álvarez, por el caso de los ERE. El alto tribunal considera que haber estado en los consejos de Gobierno en los que se aprobaron los presupuestos no es motivo suficiente para condenarla por prevaricación.

Pues bien, esta decisión nos deja dos detalles políticos y ninguno es bueno. El primero lo dejó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace dos semanas, cuando en un acto del PSOE en Benalmádena tuvo un guiño con Magdalena Álvarez, de quien destacó haber sufrido "ataques de la derecha y la ultraderecha durante muchos años". Ese día, Sánchez ya sabía la decisión que iba a adoptar el Constitucional, algo cuestionable ya que nadie debería conocer este tipo de decisiones antes de que se hagan públicas.

Pero también es reprobable la actitud que ha mostrado este miércoles Cuca Gamarra, que ha cuestionado la sentencia del Constitucional y lamentaba que no estábamos ante "un buen día para aquellos que creen en la lucha implacable contra la corrupción".

"Con esta sentencia y por la puerta de atrás pueden ser indultados los dirigentes del PSOE que habían sido condenados por el Tribunal Supremo. Un fallo que sorprende a mucha gente, a muchos juristas ante una cuestión que no había sido objeto de discusión durante toda la tramitación de este caso", considera Gamarra.

Su compañero de filas Carlos Mazón se ha desmarcado de esta valoración de Gamarra mostrando "máximo respeto judicial" a la decisión del Constitucional. "Eso lo mantengo en todo caso y condición", afirma el presidente de la Comunidad Valenciana.