Por segunda vez en lo va de año, volvemos a celebrar unas elecciones generales en nuestro país. Casi 35 millones de personas residentes en España están llamados a acudir a su colegio electoral para ejercer su derecho a voto de forma presencial. Con el continuo avance y desarrollo tecnológico cada vez son más los que se preguntan el por qué no se permite el voto por Internet.
Esta forma de votar a través de aparatos electrónicos conectados a Internet ha logrado tener mucha popularidad en otras regiones del mundo. El voto telemático ya ha sido utilizado con eficacia en elecciones generales, municipales, presidenciales o referéndum de países como Reino Unido, Estonia, Suiza, Canadá o Estados Unidos.
Ejemplos de que el voto telemático no se trata de una fantasía, sino de una posibilidad que de un momento a otro podría llegar a España. Aun así, para estas elecciones generales del 10N, el voto sigue siendo presencial y si quieres que tu opinión cuente deberás acudir a la mesa electoral que te corresponda.
Riesgos del voto por Internet
El 10 de noviembre es un día de colas y urnas. Si cambiáramos las papeletas por un click en nuestro ordenador, seguramente más de uno lo agradeciera. La oportunidad de votar sin necesidad de salir de casa sería la opción elegida por muchos españoles si esto fuera posible.
Sin embargo, en España seguimos recurriendo al papel como garantía de confidencialidad y anonimato. Es decir, el voto telemático lleva implícitas las amenazas de Internet: el ser encriptado en cualquier momento y la falta de seguridad. Todo lo que circula en la red puede ser hackeado. El voto online no es 100% fiable y la cantidad de críticas basadas en una supuesta manipulación de los resultados electorales se multiplicaría por dos si se empleara este mecanismo.
Actualmente, el sistema electoral de nuestro país está bastante blindado y controlado. Cada colegio electoral cuenta con apoderados y miembros de la Delegación del Gobierno que vigilan que no se alteren los resultados en ningún momento.